Gran pole position de Charles Leclerc en su terruño. Pese a la bandera roja causada por el choque de Pérez cuando todos hacían su último intento, el monegasco plasmó gran vuelta tras gran vuelta, sobre todo a partir de Q2, cuando empezó a poner todo.

En contraste, Max Verstappen coronó un inédito fin de semana de 'underdog', detrás casi siempre de las dos Ferrari y de Checo, que venía en un fin de semana óptimo hasta que chocó en la entrada del túnel, Sainz Jr se lo llevó puesto trascartón y se terminó la sesión, a 30 y pico de segundos de la bandera a cuadros. El domingo, el mexicano y el español saldrán tercero y segundo respectivamente, si no hay daños en sus autos.

Lando Norris sigue siendo el sobrenatural piloto de España (y sigue con amigdalitis) y largará quinto. Russell batió otra vez a un cada vez más quejoso Hamilton ("Jamás manejé en una pista como esta, la vuelta es una auténtica mierda", declaró); los Mercedes largarán sexto y octavo respectivamente.

Entre ellos se metió Alonso, que hizo vueltón tras vueltón en Monte Carlo durante toda la Clasificación. En las últimas horas circularon versiones de una fuerte bronca de Alonso con el equipo, que habría decidido reemplazarlo tan pronto como julio por Oscar Piastri, el talentosísimo campeón sin butaca de la F2.

Y décimo alcanzó a colarse Sebastian Vettel. En cambio, será una carrera con problemas para los Alpha Tauri, los Alfa Romeo y los Haas, largando en posiciones de Q2 para atrás, y en la estrecha procesión en que suele consistir el GP en las calles del Principado.

Para Leclerc, mañana, la cosa será largar bien, no chocar y rezar para que el turbo no falle de nuevo. Ya tiene media victoria en el bolsillo (o cuatro quintas partes), pero tras la gaffe de España, Ferrari estará contando las vueltas con los dedos hasta el último instante. Será desde las 11 de la Argentina.

Para todos los demás, especialmente para Max y los Mercedes, la esperanza es la lluvia: hay 75% de chances de precipitaciones mañana durante la carrera.

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