El 2021 pasará a la historia como el año más loco de la F1. Max Verstappen ganó un GP de Bélgica que no se largó realmente, tras una demora absurda de casi cuatro horas que la máxima no puede permitirse nunca más.

El GP de Canadá de 2011, la comparación que viene a la mente de todos, se demoró en su momento con un pronóstico que indicaba que el diluvio iba a detenerse completamente pasadas un par de horas: aquí todos los pronósticos indicaban, cuando se detuvo la carrera por primera vez, que el tiempo iba a empeorar. Además: aquel día, el finado Charlie Whiting informó en todo momento con claridad lo que estaba pasando y lo que iba a pasar; un lujo que no gozó la multitud que se dio cita en Spa para ver a su ídolo Verstappen.