Para los ingenieros de Mercedes, el paso al combustible E10 (con diez por ciento de Etanol) será una de las transiciones más grandes de 2022. Hasta el año pasado se utilizaba E5. Cuando, en julio último, comenzaron las pruebas del nuevo fluido para los autos de F1, se estimó una pérdida de entre ochenta y ciento diez caballos; para fin de año, la merma ya se había reducido a veinte o veinticinco caballos.

Las señales de Honda son negativas, asegurando que mejoraron mucho en los últimos meses, pero aún sin alcanzar el rendimiento de 2021. Mercedes y Ferrari se han jactado en las últimas semanas de tener aproximadamente la potencia de 2021.

Recordemos que la F1 establece los parámetros técnicos que deben cumplir los combustibles, pero no hay un único proveedor de ellos en la F1. Cada equipo tiene su proveedor asociado en el desarrollo de fluidos que le permitan sacar más potencia de la planta impulsora.

En el caso de Mercedes, el asociado es la empresa malaya Petronas. Hywel Thomas, director de la planta impulsora de la escudería alemana, explicó que con el paso a E10 cambiaron las reacciones del motor, “con resultados mixtos. Hay algunas áreas de rendimiento con las que estamos muy, muy contentos. Y otras áreas en las que, sinceramente, estamos menos contentos. Lo que tenemos que hacer es cambiar el combustible donde podamos y cambiar el hardware de la PU (Power Unit) donde podamos”, resumió.

Habrá que esperar al menos al comienzo de la pretemporada para ver cuánto están escondiendo y embozando los equipos, que por ahora mezclan mensajes de optimismo con advertencias preñadas de presagios: ¿será el aprovechamiento de combustible una diferencia clave en el comienzo del año? Les arden las orejas a Ferrari y Shell, los que tuvieron más tiempo en 2021 para dedicarle a 2022.