Enorme expectativa en México por la llegada de la F1 este fin de semana. A la apasionante definición del título entre Verstappen y Hamilton se le suma el primer Gran Premio azteca con Checo Pérez en un auto capaz de pelear regularmente por victoasi: esta semana hubo gente acampando para asistir a la exhibición del piloto tapatío con su Red Bull.

En cuanto al trazado propiamente dicho, se da la aparente paradoja de enormes velocidades punta, debido a que el circuito está emplazado en la Mesa mexicana (una altiplanicie a más de mil metros sobre el nivel del mar), aunque los autos van con la máxima carga aerodinámica, obligados por la menor densidad del aire. No obstante, las zonas lentas (sobre todo el ‘estadio’) son la clave para dar el tiempo; y, en lo recto, la debilidad del aire hace que el rebufo para pasar rivales sea ínfimo: hacer la Pole o eventualmente ponerse puntero puede ser la clave de la carrera para Ham y Max.

Pirelli trae, como en la mayor parte del año ya, la secuencia media de compuestos de neumáticos: 2, 3 y 4 de las cinco variantes que fabrica la casa italiana. En este contexto, resultará clave entender los matices entre el Blando y el Medio. El neumático más rápido de la Clasificación puede obligar a una estrategia de dos paradas; el que pueda hacer su tiempo de Q2 con Medios acrecentará sus chances de obtener los resultados apetecidos. Luego, el rango de la única parada, basándonos en los datos de 2019 (una eternidad para esta F1), estaría entre las vueltas 20 y 40 de las 71 que se recorrerán en el Hermanos Rodríguez; los que tengan que hacerlo antes de la 20, probablemente se vean forzados a un segundo pitstop entre las vueltas 35 y 50.