La Fórmula 1 llega este fin de semana a Países Bajos, para disputar su primer Gran Premio en Zandvoort desde 1985. Es un circuito de la vieja escuela, lo que significa rectas cortas para los monstruosamente grandes coches de ahora y dificultades para el sorpasso.

Aquí, la tracción es más importante que la potencia, lo que ilusiona a Ferrari en el último circuito en el que pueden dar pelea incluso a Red Bull y Mercedes. Las temperaturas más altas también favorecerán a Ferrari, cuyos neumáticos sufren mucho para lograr la temperatura adecuada (algo que ya no puede corregirse en el coche de este año).

Por otro lado, la FIA recortó la segunda zona de DRS (Drag Reduction System) a la recta final, suprimiendo su apertura en la Curva 13 (Kumhobocht), pues luego llega Arie Luyendykbocht, peraltada a 18 grados y con barreras Safer al estilo de los óvalos estadounidenses: un peligro ir con la cola del auto suelta en ese lugar.

Asimismo, el GP de Países Bajos entregará los primeros trofeos hechos a partir de botellas de cerveza y presentado en una heladerita. Los exhibió el mítico multicampeón del mundo Sir Jackie Stewart, embajador de Heineken, firma mayormente holandesa que es uno de los principales sponsors de la F1, y particularmente del GP naranja en su primera edición en un cuarto de siglo.

         Últimas noticias de la Silly Season:

1) George Russell ya sabe dónde pilotará en 2022, aunque todavía no puede anunciar nada. Mercedes también aclaró hace días que “ya tomó una decisión” sobre su segunda butaca. Hasta Hamilton ya le da la bienvenida extraoficial a Brackley y admite: "Es el futuro".

2) Por otra parte, Valtteri Bottas ha expresado que desde el año próximo le gustaría contar con un “contrato multianual”. ¿Se sigue cociendo mediáticamente el pase de Sauber de Ferrari (Alfa Romeo) a ser el equipo B de Mercedes? Pronto se sabrá todo.

Lo evidente es que la reticente renovación de Red Bull a ‘Checo’ Pérez detonó una serie de negociaciones ‘escalones abajo’ de la F1, de las que Bottas es uno de los protagonistas principales.

3) Por su lado, el siempre arrogante Max Verstappen se desentendió de las silbatinas con las que, se prevé, sus coterráneos agasajarán a Lewis Hamilton tras el conventillo mediático que generó su choque al ídolo neerlandés en Silverstone.

“No es mi responsabilidad si abuchean a Lewis", pero, si ocurre, “No sería extraño, porque en cualquier partido de fútbol el rival siempre recibe abucheos. A ningún directivo o jugador local se le ocurre pedir que no se silbe al contrario”, alegó el temperamental Max.