La 'silly season' de la F1 arde con la indefinición del segundo asiento de Mercedes para 2022: ¿el pletórico George Russell o el deshilachado Valtteri Bottas? Las últimas (fuertes) versiones hablan de una gigantesca negociación entre Frederic Vasseur, director del equipo Alfa Romeo (nombre comercial de la histórica escudería Sauber) y Mercedes para cambiar a motores alemanes el año próximo, abandonar el auspicio (y la carrada de euros) que pone Ferrari y dar de baja no sólo a Kimi Räikkönen (anunciaría su retiro en Monza en pocos días), sino también a Antonio Giovinazzi, el piloto más veterano de la Ferrari Drivers Academy.

¿Quiénes correrían en lugar de ellos? Pues un Valtteri Bottas siempre mimado por Toto Wolff (ha sido su representante desde que corría en categorías formativas) y Nyck de Vries, un holandés que descolló en los mundiales de karting, pero que luego, en su pasar por los monoplazas, tardó varias temporadas en lograr los resultados que sus coetáneos más talentosos o afortunados lograban en una o dos en cada nivel. En F2, de Vries salió campeón tras varios años de actuaciones buenas en la categoría, pero este título no fue suficiente para otorgarle una butaca en la máxima (sí la consiguió el dinero del subcampeón Latifi en Williams) y recaló en la Fórmula E, donde, de la mano de Mercedes, salió campeón en 2021.

El equipo suizo fundado por Peter Sauber tuvo una estrecha relación con Mercedes, sobre todo en el Mundial de Resistencia, en el que ganaron juntos en 1989 la Le Mans 24, que se remonta a inicios de los 70. Al ingresar en la F1, los de Hinwil portaban los motores alemanes, pero enseguida se los birló (cuándo no) Ron Dennis para McLaren. Tras varios años con motores Ferrari (nombrados Petronas por su sponsor principal de aquel tiempo), hubo una asociación (y una venta parcial) a mediados de la primera década del siglo XXI con otra casa alemana, BMW, pero el vínculo se truncó a partir de 2009, cuando la crisis mundial echó en estampida de la F1 a fabricantes y grandes sponsors (especialmente los bancarios: Credit Suisse era el de Sauber). Además, Bottas salió campeón de GP3 corriendo para ART (el equipo de Nicolas Todt que construyó Vasseur)

Tras el relativo auge de BMW-Sauber, Peter debió volver de apuro bajo el ala de Ferrari para impedir que la escudería desapareciese. Ya hace pocos años, la salida de Kimi de Ferrari para darle lugar al fulgurante Charles Leclerc generó una gigantesca operación que implicó, hasta este momento, decenas de millones de euros en motores, ingenieros y pilotos (el alto sueldo de Kimi en realidad es pagado por Maranello).

Ahora, con la venta de Williams a la firma estadounidense Dorilton Capital, y el promisorio comienzo de su reconstrucción como equipo independiente al mando de Jost Capito, Mercedes se queda sin un equipo 'B'. Ferrari, sin el aliciente de calmar a un Kimi iracundo por su rápida salida de la Scuderia y con un Haas completamente desahuciado que podría cumplir la misma función que ahora Alfa Romeo / Sauber pero por mucho menos dinero, no sería un obstáculo.

Y eso no es todo: cuando Sauber todavía se llamaba comercialmente Sauber, el plutócrata sueco Finn Rausing compró una parte del equipo suizo para salvarlo de la quiebra. Justamente, los rumores se enfocan en Rausing, quien está negociando con el CEO de Daimler-Mercedes, su compatriota Ola Källenius, el acuerdo de motorización para el año próximo.

Estos acuerdos se rubricarían en los próximos días para permitir que Bottas anuncie su salida hacia Sauber antes de que Mercedes confirme la contratación de George Russell. Sí, el que estuvo a milésimas de la pole en Spa el domingo pasado con un Williams, superando a un contrito Lewis Hamilton, que el año que viene tendrá que luchar no sólo contra el monstruo 'naranja' de Red Bull, sino contra quien es sindicado por los británicos como el nuevo gran talento del país que más campeones del mundo le dio a la F1. Se comprende así la cara del heptacampeón en el podio posterior a la Qualy, tras la vuelta 'alla Senna' de Russell.