La FIA y Red Bull llegaron a un acuerdo privado para saldar la vulneración del techo presupuestario en 2021 por parte de la escudería austríaca. El equipo pagará una multa económica y tendrá menos horas de túnel de viento y de CFD (Dinámica Computacional de Fluidos) en 2023 para hacer pruebas aerodinámicas, según anticipa la publicación británica Autosport. Ni siquiera se habló de una quita de puntos en el campeonato 2021, que hubiera quitado credibilidad al deporte por otro lado.

Ya se sabe qué dirá gente como Toto Wolff sobre la sanción: ganaron el título de 2021 haciendo trampas y ya obtuvieron una ventaja difícil de descontar en los tres años que quedan con este ciclo reglamentario de motores.

Durante el último fin de semana en Austin Texas, el jefe de Red Bull, Cristian Horner, y el presidente de la FIA, Mohamed ben Sulayem, estuvieron reunidos apenas quince minutos para que los hechos no quedasen ventilados en un tribunal independiente (donde habría salido a relucir inevitablemente muchos ítems de gastos del equipo, algo que nadie en la F1 desea para sí).

Se estima que el mismo viernes, o en todo caso en el curso del fin de semana, ambas partes den a conocer que alcanzaron un acuerdo.

¿Y Aston Martin, el otro que estaba en capillas por faltas muy menores de procedimiento? Recibirá la misma pena que Williams hace pocas semanas: una sanción económica.