Tras la extraña aclaración de la FIA la semana pasada (de coté en un comunicado de la Comisión del Motor) de que la marca alemana Porsche no había descartado su ingreso a la F1 en 2026 tras la caída de la negociación con Red Bull, ahora se sabe que el motorista en ciernes acerca posiciones con Williams para lograr lo que Red Bull no quiso: quedarse con la mayoría del paquete accionario del equipo al que ingresen y, por lo tanto, con la dirección estratégica del combo. 

A diferencia de Red Bull, Dorilton Capital, dueño actual de la escudería del viejo Frank, es un fondo de riesgo que compró el equipo para rescatarlo, ponerlo en valor y vendérselo a una compañía muy grande, cobrando un sustancioso plus por ahorrarle a ese bolsillo grande años de reinversión y reconstrucción de la estructura técnica y humana. 

La negociación de Porsche con Red Bull le dejaba a la marca alemana la responsabilidad de diseñar la mitad híbrida de la planta de potencia de 2026; del motor atmosférico (que dará 200 caballos de fuerza menos que el actual: baja de 700 a 500) se iba a encargar Red Bull Powertrains (justamente una propuesta que atrae a Honda para volver de cara a 2026… o bien comprar Alpha Tauri y armar rancho aparte).