Durante sus gestiones como jefe de equipo de Ferrari y como presidente de la Comisión de Monoplazas de la FIA, la labor de Stefano Domenicali fue impecable: destruyó en tres años el coloso que habían armado en Maranello entre Todt-Brawn-Schumacher; destruyó en tres años la Pirámide FIA de campeonatos que había organizado Gerhard Berger desde 2012. Quizá con la secreta intención de destruir la Fórmula 1 toda, los capitostes de Liberty Media lo nombraron CEO de la FOM (Formula One Management, la creación de Bernie Ecclestone para gestionar los derechos de imagen de la máxima).

En su primer año como CEO del negocio, Domenicali ya presentó la primera estupidez: un híbrido llamado ‘Sprint’ que otorgaba tres puntos al ganador, dos al segundo y uno al tercero. Fueron dos siestas profundas y la tercera animada por Hamilton 2021 estrenando desde el fondo de la grilla esos motores Mercedes de otro planeta. Este año les dan diez puntos, del primero al décimo, y así y todo sigue siendo una de esas ideas geniales de Domenicali que nada suman (como sus famosas ‘peoras’ en tiempos de Alonso).

Ahora salió pataleando para defender esta idea (no tiene ningún mérito, pero es la que se le ocurrió), con la firme convicción de duplicar su número: seis Sprints para 24 Grandes Premios. Porque el italiano pretende que 2023 sea el primer año con esa cantidad de fechas (la máxima que tolera el actual Pacto de la Concordia).

En este marco, Stefano quiere aumentar la cantidad de sesiones puntuables por fin de semana y disminuir consecuentemente los entrenamientos. Esto ya se intentó, pero tropieza con la cortedad de miras de los equipos, que no quieren eliminar la jornada de los viernes. La F1 debería ser: dos prácticas libres de sesenta minutos el sábado, una Qualy de 30 al final de la jornada y la carrera del domingo; con eso habría suficiente imprevisibilidad.

Para el italiano hay “Un punto de equilibrio con 23 ó 24 carreras. Es lo máximo en la configuración actual. Es una cifra que nos permite mantener la ley de la oferta y de la demanda entre Grandes Premios y países, porque de momento tenemos más candidatos que fechas de calendario". Domenicali agregó que pretenden "Repartir mejor las carreras, mejorar la logística, reducir la duración de los fines de semana, construir un calendario racional que nos permita maximizar lo que hacemos en cada lugar, ir a los buenos lugares y a los buenos circuitos".

Los ensayos libres “Son seguramente muy útiles para pilotos e ingenieros, pero no resultan atractivos para los aficionados. Podemos pensar en unos entrenamientos libres el viernes por la mañana y después, cada vez que se sale a pista debe haber recompensas, aunque reservando a la carrera del domingo un rol principal. Habría que dar puntos a las otras acciones en pista", ha señalado Domenicali sin mayores precisiones: no hay ideas.

"Los detalles para cambiar las carreras al sprint se discutirán en el próximo Comisión de la F1. Si la gente que trabaja en los Grandes Premios está satisfecha, los aficionados están satisfechos, los medios de comunicación están satisfechos y los promotores, también, llegar a un acuerdo debería ser fácil" hacer “correcciones al formato”.

Pero allí no se corta la verborragia de Domenicali: también dijo, grosso modo, que los Andretti se van a quedar afuera de la F1 por bocones (salvo que logren comprar un equipo ya existente, que la guita es la guita). “La forma en la que Andretti ha propuesto su candidatura no es precisamente la mejor para entrar en la Fórmula 1. No vamos a ceder a una voz que grite más y más alto y Andretti lo ha hecho. Hay otras formas de decir las cosas sin necesidad de forzarlas", dijo el evanescente Domenicali.