McLaren y Daniel Ricciardo han acordado que el piloto australiano no corra para el equipo británico en la F1 2023. La escudería de Zack Brown pagaría veintiún millones de euros a Ricciardo para rescindir el acuerdo con un año de anticipación.

El aussie llegó a McLaren en 2021 como la gran estrella que apuntalaría el crecimiento del asombroso Lando Norris. La verdad es que el joven inglés lo aniquiló con su rendimiento en pista a lo largo de un año y medio, y el contrato de Ricciardo terminó resultando muy caro. Ahora, con Norris como estandarte, McLaren piensa en otro australiano, el campeón consecutivo de F3 y F2 Oscar Piastri, si Alpine no logra impedirlo.

"Tras varios meses de discusiones con Zak y Andreas, hemos decidido suspender mi contrato con el equipo antes de tiempo y acordar mutuamente separar nuestros caminos al terminar esta temporada. Anunciaré mis propios planes de futuro a su debido tiempo, pero a pesar de lo que me depare este nuevo camino, no me arrepiento de nada y estoy orgulloso del esfuerzo y el trabajo que he hecho en McLaren, sobre todo de la victoria de Monza de la temporada pasada. Nunca he estado más motivado para competir y ser parte de un deporte que me encanta tanto y tengo ganas de lo que viene", comunicó Ricciardo.

Ayer nomás se contaba en Continental Web que Guenther Steiner se comunicó con el australiano para llevarlo a Haas. Heredaría la butaca de Mick Schumacher, que no convence al equipo y no está convencido él tampoco de continuar en la escudería estadounidense. La opción más potable que le queda a Daniel es Alpine, butaca de la que huyó en 2020 tras ver desde muy adentro los desconcertantes cambios de rumbo dirigencial de Renault-Alpine en F1, con tres descabezamientos jerárquicos que, en parte, fueron el efecto cascada de los duros problemas legales que atravesó el Grupo Renault en el último lustro.