Cuando, para la carrera en Imola, Red Bull estrenó su chasis ‘adelgazado’, pareció acabarse el campeonato. La superioridad general que mostraba hasta allí Ferrari se desvaneció salvo a una vuelta y en momentos muy puntuales de las carreras. La baja en el peso del coche austríacos puso a Ferrari bajo presión, anticiparon sus arriesgadas mejoras y rifaron el campeonato en gran parte por los fallos de fiabilidad subsiguientes en el equipo rojo.

Atención: los problemas de fiabilidad del Red Bull ‘adelgazado’ también trajeron problemas a Verstappen y Pérez, sobre todo con el endiablado DRS del campeón del mundo, lo que también les costó bastantes puntos. Pero en ese momento tuvieron que apurar sus desarrollos porque Ferrari le estaba dando una paliza: hay que ver si la nueva versión, elaborada con mucho más calma, presenta inconvenientes similares.

Según las versiones que circulan por el Paddock, Red Bull está utilizando el extra ‘por inflación y logística’ otorgado en el límite presupuestario para invertir a fondo en la mejora del auto, de manera de terminar de definir un campeonato que está a pedir de Max. Por otra parte, las medidas de inmediata aplicación desde Spa que anunció la FIA durante el receso veraniego europeo obligarán a usar fondos de auto más pesados y menos flexibles, lo que hace más trascendente la mejora del coche austríaco.