Unos 20 millones de euros en dos años: eso es lo que el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi se podría haber gastado en 2009 y 2010 en sus "cenas elegantes" con "competiciones de burlesque", como él mismo define a las fiestas negras que celebra en su residencia en Arcore, a las afueras de Milán.

El contable de 'Il Cavaliere', Giuseppe Spinelli, ha declarado este viernes ante el tribunal que juzga a Berlusconi por un presunto delito de prostitución de menores que en los dos años en los que se centra la investigación judicial, 2009 y 2010, llevó a Arcore esa cantidad millonaria en dinero contante y sonante.
Según Spinelli, una de sus funciones era cobrar los cheques que le firmaba Berlusconi y llevarle el dinero "fresco" a su residencia de Arcore. Casi todos los lunes Spinelli realizaba esa operación, según su propio testimonio.

El contable de 'El Sultán' ha reconocido que, durante la semana, las chicas que participaban en las fiestas de su jefe le contactaban para hacerle saber sus necesidades económicas: "Me llamaban por teléfono con sus solicitudes y el lunes, cuando acudía a Arcore, Berlusconi me decía lo que tenía que hacer y yo sólo tenía que preparar los sobres con el dinero contante".

Según varios cálculos basados en la declaración de varias asistentes a los 'bunga-bunga' de Berlusconi, a cada uno de ellos asistía al menos una veintena de chicas. Cada una de ellas, al terminar el sarao, recibía un sobre con una suma en efectivo que rarísima vez bajaba de los 2.000 euros.

Además, varias de las jóvenes asiduas a las fiestas de Arcore disfrutan de apartamentos gratis en Milano 2, la urbanización de lujo levantada por Berlusconi en los años 70. El ex primer ministro italiano puso a disposición de sus favoritas seis pisos en la Via Olgettina 65 completamente gratis, a pesar de que su precio alquiler en el mercado se sitúa en torno a los 7.000 euros al mes.

El propio Berlusconi ha reconocido haber pagado a las chicas que asistían a sus jolgorios. Incluida la propia Ruby 'Robacorazones', la chica de origen marroquí con la que supuestamente mantuvo relaciones sexuales a cambio de dinero cuando ella era menor de edad.

"A Ruby le di dinero para evitar que se prostituyera, le di la posibilidad de entrar en el centro de estética de una amiga, donde podía trabajar si llevaba un láser para la depilación que si no recuerdo mal costaba 45.000 euros. Yo ordené que le fuera entregado ese dinero para evitarle cualquier necesidad, para no obligarla a prostituirse y conducirla en la dirección contraria", aseguraba Berlusconi.