Como nunca en su historia, la Fórmula 1 formó un equipo de ingenieros para desarrollar un reglamento técnico que facilitara la igualdad de la parrilla y las luchas por posiciones. Para eso, se ha intentado erradicar la guerra microaerodinámica desatada desde la prohibición de ensayos privados en 2009 asignando la mayor parte de la adherencia al resucitado efecto suelo.

James Allison, uno de los ingenieros más creativos de la F1 en las últimas décadas, asegura que los cambios incorporados este año en los autos “eclipsan cualquier otra cosa que haya visto en treinta años”. Esto ha obligado a Mercedes a reformular su auto “de pies a cabeza”.

"El conjunto de reglas no solo es enorme, las regulaciones son aproximadamente el doble del tamaño de las que las precedieron, sino que son casi completamente diferentes de las que las precedieron, y eso ha significado que hemos tenido que reinventar el auto, de punta a punta", enumeró Allison.

"No sólo nuevo con piezas nuevas, sino nuevo con una filosofía completamente nueva, un paquete aerodinámico completamente diferente, frenos diferentes, ruedas diferentes, neumáticos crucialmente diferentes”, agregó el británico.

Además, el motor, lo único que no se toca para este año, quedará congelado hasta 2026, lo que en sí (e incluso antes de tener en cuenta el cambio a combustible E10) obliga a reformular sus parámetros de uso, completó Allison.