La Fórmula 1 no para de rosquear frenéticamente ni durante sus vacaciones invernales, y ahora peligra el peor y más aburrido engendro híbrido inventado por Liberty Media: las Clasificaciones al Sprint.

“Y todo es por la guita, la maldita guita”, como decía el personaje de Joe Pesci en el clásico de Scorsese ‘Casino’. ¿Cuál es el problema? Los equipos grandes pretenden usar los Sprints como excusa para subir el techo presupuestario, que este año baja otros cinco millones de euros.

Los equipos que no están en el top de presupuestos, como McLaren, vienen resistiendo denodada y públicamente estos intentos bajo cuerda. Zack Brown, adalid de la escudería británica, denuncia que al menos un equipo busca subir el techo presupuestario de ciento cuarenta millones para volver a los ciento cuarenta y cinco del año pasado.

El año pasado cada equipo recibió cuatrocientos cincuenta mil euros por cada Sprint, y un extra de cien mil para amortizar eventuales daños en los autos. Este año, aparentemente las cifras con quinientos mil y ciento cincuenta mil por cada Sprint.

¿En dónde está el problema? Cualquier voto sobre un cambio de regla requiere a esta altura la aquiescencia de al menos ocho de los diez equipos. En este contexto, la falta de consenso podría redundar en la desaparición total de los Sprints, al menos este año.