Red Bull pidió el viernes pasado (aunque se supo recién hoy) la revisión de la sanción a Hamilton por el choque a Verstappen en Silverstone. Los comisarios se reunirán con las escuderías este jueves a través de una videoconferencia. Lewis pudo seguir tras reparar su coche en bandera roja, pero Max quedó fuera de carrera tras un impacto de 51G.

Red Bull cree sin dudas que puede aportar nuevos elementos para modificar la decisión de los comisarios de carrera, que cada año en Gran Bretaña aportan sanciones muy localistas si cuadra. La verdad, no se le ve mucho futuro a la medida: suena a la época de Hunt/Lauda una modificación tan tardía de una sanción de carrera, que en este caso ni siquiera es técnica.

Mientras tanto, Honda no sabe si el motor de Verstappen se puede salvar. Hay limitaciones técnicas para investigar su estado y fiabilidad en Japón, pero descartarlo podría obligar a usar un cuarto motor a final de año, lo que implicaría la pérdida de diez posiciones de parrilla en el GP en el que lo estrenasen, un detallecito que les podría costar un campeonato. Los japoneses no podrán probar la planta impulsora hasta que Red Bull arme su box en Hungaroring.

Red Bull estimó en un millón y medio de euros el costo del siniestro de Verstappen. Esto acota los márgenes económicos para desarrollo en el contexto del límite de presupuestos. Se ve que desde el punto de vista del pragmatismo (si lo fue), el toque de Ham a Max tuvo efectos máximos con un acto mínimo (e impune: ganó la carrera).

Esta semana, Max no perdió su humor cuando sus gatos lo interrumpieron durante una simracing: acotó que los que lo molestaban eran Hamilton y Wolff y agregó "Llamaré a mis gatos Lewis y Toto".

El austríaco líder de Mercedes, por su parte, sigue manteniendo el tono provocativo de aquel domingo en Silverstone: "O hay deportividad entre los dos pilotos o habrá más accidentes entre ellos", aseguró Toto Wolff. Además, ponderó el cambio de actitud de Hamilton con el simulador, tras realizar una sesión libre virtual pre Silverstone a fin de probar las mejoras en el W-12: “Se dio cuenta de su potencial. Antes los simuladores no eran tan buenos”, reconoció.