Cuando no queda tiempo en el campeonato del mundo para siquiera intentar desarrollar una copia de un invento ajeno, Red Bull ha descubierto un truco de Mercedes en la suspensión trasera que le permite ganar velocidad en recta.

Durante la Era V6 Turbo Híbrida, Red Bull mitigó las desventajas con la punta de la F1 jugando con un rake alto (la diferencia de altura entre el eje trasero y el delantero) para ganar eficiencia en curva. Sin embargo, esta decisión pena a los autos en lo recto (donde la altura de la parte trasera del auto eleva la resistencia al avance).

Mercedes ha encontrado una solución al dilema rake alto / rake bajo en el aprovechamiento del 'heave damper', una parte de la suspensión trasera que mitiga el movimiento vertical de las ruedas (conspicuo en la parte trasera de los F1). A diferencia del 'roll' (la basculación del coche en curva hacia el lado opuesto de aquel hacia el que se dobla), el 'damper' es el movimiento vertical que se produce al acelerar, y comprime las suspensiones 'hacia abajo', no en sólo uno de sus costados; esto acerca naturalmente la parte trasera del coche al asfalto.

Por allí pasa la solución de los chicos de Toto Wolff. A determinada velocidad aplicada, se abriría una válvula que permitiría bajar el suelo del coche lo suficiente como para que el difusor no genere resistencia al avance. Todo esto se manejaría con un gas que 'colapsa' la suspensión al sacarlo de los 'heave damper' y que volvería cuando el coche frena o baja la velocidad.

En comunión con el Intercooler estrenado en Silverstone (que les da muchísima más potencia en el inicio de la aceleración), el 'heavy damper' explicaría el crecimiento en la eficiencia del Mercedes a la hora de aplicar la potencia. El problema para Red Bull es que ya no hay tiempo de copiar y desarrollar estos ingenios en lo que queda del campeonato: se juegan el tute de que la FIA considere el 'heavy damper' como “suspensión activa” (prohibida desde aquellos históricos Williams de Newey de principios d ellos 90), con pocas esperanzas a juzgar por la actitud 'laxa' de la FIA hacia Mercedes en la última década.

Helmut Marko dictaminó esta semana lo que necesita Max Verstappen para ser campeón este año: dos triunfos y cuatro podios. Es un objetivo alcanzable, pero para ello Max no tiene que perder más puntos estúpidamente entrando en las trampas que Hamilton le seguirá tirando en pista, porque es su personalidad y no la cambiará, aunque le haga perder el Mundial.

A propósito, ayer al principio de la Práctica 2 se vio una de estas situaciones que Lewis usa para 'condicionar psicológicamente' a sus rivales. Estaban todos en fila india para iniciar su simulación de Clasificación, Verstappen adelante y Hamilton detrás. Cuando el neerlandés levantó en la última curva del trazado antes de entrar en recta y acelerar para abrir vuelta, el británico se le coló por adentro y lo encerró casi echando de pista al Red Bull; Verstappen mantuvo la presión hasta la curva 1, pero tuvo que frenar más tarde al cruzarse con un auto en fase de calentamiento. ¿Respuesta de Max? “Estúpido idiota”.

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Conclusión: Hamilton parece tener la ventaja técnica en su coche, pero las cabezas de los dos aspirantes al título van a jugar un papel muy importante en la definición. Estas estúpidas triquiñuelas psicológicas que en este momento Hamilton no necesita le pueden costar puntos; y el carácter volcánico de Max, que todavía parece incapaz de resistirse a los cebos que le va tirando el heptacampeón en este sentido, pueden dinamitar sus opciones al título, que en este momento oscilan peligrosamente a favor de Lewis.