Lo que el año pasado fue un rumor desmentido enfáticamente por Mercedes y Hamilton, tras reuniones secretas del heptacampeón británico con John Elkann, actual patriarca de la familia Agnelli, Lewis Hamilton, se unirá a la Scuderia Ferrari a partir de la temporada 2025. Después de una larga y exitosa asociación con Mercedes, Hamilton ha decidido dar un giro en su carrera al aceptar la oferta de Ferrari. 

El británico se une a Ferrari con un impresionante palmarés, siendo el piloto más exitoso en la historia de la Fórmula 1 en algunos ítems absolutos, con 103 victorias y 104 poles, y segundo detrás de Fangio en casi todos los principales indicadores de eficiencia (títulos ganador por títulos disputados; carreras ganadas por carreras disputadas, podios por carreras disputadas y poles por clasificaciones disputadas). Se espera que forme un dúo dinámico con el joven talento de Ferrari, Charles Leclerc, quien ha demostrado ser un piloto prometedor.

La decisión de Hamilton de unirse a Ferrari en un momento en el que Mercedes superó a Ferrari en la temporada pasada, plantea interrogantes sobre el rendimiento futuro de ambos equipos. Este cambio también significa la salida de Carlos Sainz del equipo, quien ahora explorará otras opciones, incluyendo un posible interés de Audi, marca unida en los últimos años a la de Carlos Sainz Jr en el mundo de los rallys de supervivencia.

Igualmente, no será el primer genio del automovilismo que se devore Ferrari, que, salvo en el período Todt-Schumacher-Brawn-Byrne, jamás desde la estandarización de la aerodinamia en los años 80 pudo tener un auto competitivo dos años seguidos. Ahí están nombres del calibre de Alain Prost, Nigel Mansell, Fernando Alonso y Sebastian Vettel, entre los defenestrados con mayor o menor justicia en las últimas tres décadas y pico.