Ayer, en el final de la crónica de la Clasificación, en Continental Web avizorábamos una carrera somnolienta con Max escapándose adelante, salvo que la lluvia o un Safety Car dijeran lo contrario. Pues bien, la lluvia, que se mantenía en las montañas circundantes desde bien temprano (las nubes se volvieron amenazantes ya durante la Carrera 2 de la F3, a las 8 de la mañana), empezó a caer, primero tenuemente, como impulsada por el viento, sobre el circuito, pero se tornó de pronto en una tormenta de primavera mediterránea y trastornó completamente a los equipos.