Hoy, el peor día de Max Verstappen en 2022, Checo Pérez fue 'el vengador anónimo'. A cara de perro, sin grandes destellos, aguantando todos los avatares de una carrera incierta por el eleático secado de pista de Marina Bay, y con una sanción sobre la cabeza hasta el final por no respetar la distancia con el Safety Car en una de las muchas interrupciones que tuvo la jornada, el mexicano se sobrepuso a todo y ganó su segunda carrera del año en un fin de semana en el que casi nada le ha salido demasiado bien a Red Bull.

Ferrari este año, en promedio, ilusiona en la Qualy y se desinfla (cada vez más rápido) en Carrera. El equipo parece pinchado, y la maniobra desesperada de Leclerc para intentar pasar a un Pérez a la defensiva en esa última media hora de carrera fue todo un símbolo: dejó las ruedas cuadradas y, tras mostrar un ritmo igual o mejor que el del mexicano durante la mayor parte de la carrera, se hundió en los últimos minutos y ni siquiera pudo jugarse el tute de una sanción a Checo Pérez por no respetar la distancia con el último Safety Car.

El momento clave: la largada
El momento clave: la largada

Sainz Jr arribó al tercer puesto al cabo de un fin de semana muy opaco. En la primera mitad de la Carrera, lo aguantó como pudo a Hamilton, que estaba con toda la confianza (tanta que terminó equivocándose varias veces y arruinando su carrera en la Vuelta 33). Pero lo de Ham, tan vistoso como los inusuales errores de Max este domingo, fue una gota en el océano de errores de pilotaje de todos los pilotos en una sesión dificilísima.

En primera instancia, pareció que la Carrera arrancó media hora más tarde de lo necesario, pues la pista lucía seca y el cielo (y el radar) no amenazaba con nuevas lluvias ya para las 20.30 (hora de Marina Bay). Pero ni bien arrancaron se notó que había muchísimo spray. Y luego vinieron vueltas y vueltas y vueltas girando entre los 2 minutos y el minuto cincuenta y ocho segundos, con autos sin poder pasarse y con neumáticos Intermedios que, después de 30 vueltas, eran más unos lisos Duros que neumáticos para esta pista que se iba secando eleáticamente. Es que el circuito fue reasfaltado antes de esta carrera en varios sectores, y conserva mucho más la humedad que el asfalto tradicional de Marina Bay.

En ese contexto, era muy difícil pasar en pista, y nadie quería entrar más de una vez a boxes. De manera que, tras un arranque muy malo de Leclerc (largó de manera excelente, pero luego el auto se le quedó clavado, y Checo, que había largado mal, pudo aprovechar la atropellada y empezó a edificar una victoria a fuego lento en el sauna de Singapur). Cuando se estabilizó la Carrera, ambos se escapaban a más de medio segundo por vuelta del resto del pelotón. Russell se quedaba enredado en las últimas posiciones (ayer se quedó en Q2, hoy largó desde el pitlane) y Max (que había perdido 4 posiciones en la largada) pudo remontar seis posiciones hasta que se encontró con un muro llamado Alonso.

Esta situación duró hasta que el motor Renault del asturiano dijo basta en la Vuelta 21 (ya había obligado a un SC Zhou en la Vuelta 7), y Russell se jugó a poner Medios en la Vuelta 22: ni Tandarica se resbalaba tanto como el británico, que pasó un buen cuarto de hora perdiendo hasta 5 segundos por vuelta y a un tris de estrellarse contra cada pared.

Recién en torno a la Vuelta 26 Pérez empezó a ser claramente más rápido que Leclerc. El asunto es este: Ferrari cuida cada vez peor los neumáticos; Red Bull, cada vez mejor. Este primer declive en el rendimiento de Leclerc prefiguró lo que sería la definición, al cabo, de la Carrera. Justo en ese momento, Albon fue el enésimo piloto en irse contra los muros, en su caso de modo irreparable (pudo llegar a boxes y regresar a pista, pero al final abandonaría). En la Vuelta 28 crepó el motor Renault de Ocon, y hubo un segundo Virtual Safety Car en tres vueltas.

Ya se estaba en la ventana para hacer la única parada de la Carrera, pero la pista todavía no estaba para calzar neumáticos de piso seco. Por eso todos aguantaron hasta la Vuelta 34 (Gasly hizo punta en calzar Medios), exactamente al mismo tiempo que Russell empezaba a marcar por fin de morado todos los sectores del circuito.

Allí Ferrari (Vuelta 35) no perdió la oportunidad de arruinarle la carrera a Leclerc: intentaron un undercut para poner Medios, pero tardaron 5,3 segundos y cuando Pérez salió de su única parada en Boxes en la vuelta siguiente, quedó a más de diez segundos (contra unos cuatro antes de las paradas). Pero, parafraseando un famoso título de la revista El Gráfico, aunque Ferrari presentó la renuncia a la Carrera, la Carrera no se la aceptó: en la Vuelta 36, Tsunoda chocó de frente contra las barreras Tecpro y convocó a un nuevo Safety Car.

A esa altura, solamente quedaban con Intermedios los dos McLaren: Norris estaba tercero, Ricciardo quinto. La suerte ayuda a los audaces (a veces), y los coches color papagayo ganaron varias posiciones entrando a calzar gomas para piso seco (Medias el británico; Blandas el australiano). Al cabo de todos los errores y entradas a Boxes (Hamilton pecó de optimista en la Vuelta 33 intentando pasar a Sainz Jr, y terminó todo el zafarrancho noveno), Norris quedó cuarto delante de Max.

Iban todos resbalando de manera espeluznante por la pista, y, en ese marco, Max cometió un error producto de la exasperación por no poder pasar a un auto tanto más lento que su Red Bull, y pasó de quinto a octavo. Lo peor: dejó sus neumáticos cuadrados, y al final iba a tener que entrar otra vez, perdiendo definitivamente el tren de los puntos gordos.

A esa altura, la Carrera iba a terminar por tiempo, y parecía que los Medios aguantarían sin problemas en la media hora que quedaba. Pero los resbalones por la pista seguían, incluso durante una encarnizada y muy entretenida lucha por la victoria entre un Checo a la defensiva y un Leclerc que no tenía lugar seco por donde pasar. Toda esa enjundia terminó en un error del monegasco que le dejó las gomas cuadras (uno más este domingo). Hasta que pasó eso, la victoria del mexicano pareció siempre en un tris, con dos bloqueadas del puntero y un Leclerc apasionado aunque limpio, como siempre.

Después de la equivocación de Leclerc a 17 minutos del final, la única incógnita pasaba por la posible sanción a Pérez. Perdidos por perdidos, desde el box de Ferrari le dijeron a Charles que no se desanimara, porque Checo podía recibir una sanción de cinco segundos: cruzó la bandera a cuadros a 7,5 segundos del tapatío.

En el balance de la Carrera, hay que agregar: 1) catástrofe de Alpine la noche que presentaban sus actualizaciones 'revolucionarias' (la humedad y el calor influyeron para que sus dos motores exhalaran el último suspiro de manera fulminante); 2) McLaren, en contraste, cuando no mucho lo presagiaba, ligó, corrió bien con lo que tenía y se lleva muchos puntos en la lucha por el cuarto puesto del Mundial de Constructores; 3) Aston Martin, te contábamos en Continental Web el sábado, había desperdiciado la oportunidad de entrar en Q3; hoy tuvieron muy buen ritmo y también se llevarán muchos puntos.

Entre los punteros: el peor fin de semana del año de Max; Hamilton arrancó con todas las ínfulas, pero hoy era el día de pisar suave el auto y también pagó; y George Russell también tuvo su fin de semana más negro en un contexto dificilísimo por el estado de la pista.

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Ahora Red Bull tendrá lo que quería: que Max dé la 'vuelta olímpica' en Suzuka, la casa de Honda.