Mario Andretti reiteró que trabaja “a toda velocidad” para entrar en la F1 en 2024. Las declaraciones de la leyenda estadounidense surgen luego de que Domenicali reiterara por enésima vez, con su hipocresía habitual, que no quieren a los poderosos Andretti en la F1 porque no le suman (aunque no aclara por qué el equipo más pijotero de la F1, el también estadounidense Haas, sí le sumaría). 

“Nos estamos preparando como si nos dieran el visto bueno. Ciertamente no nos rendiremos. Es un proyecto muy serio para nosotros y estamos listos para hacer esa inversión. Sólo estamos tratando de encontrar lo que se nos pide, estamos tratando de satisfacerlo, no sé qué más podemos hacer", se exasperó el patriarca de los Andretti.

"Estamos tratando de unirnos a la Fórmula 1 a largo plazo. Eso es algo que podemos garantizar. Si haces este tipo de inversión, no vas a entrar y salir. Es una gran inversión en cualquier empresa y pensarías que serás bienvenido… Pero aún estamos luchando, estamos tratando de ver si podemos satisfacer todo lo que están pidiendo", reconoció.

"No sé cuáles son los motivos de algunas de esas personas (para rechazar el ingreso de su equipo) pero, sinceramente, nunca es fácil. Tenemos la voluntad de seguir luchando por ello porque creemos que es algo bueno para nosotros. Queremos contribuir, el deporte ha sido todo para nosotros en nuestra vida profesional y creo que podemos contribuir y seguir haciéndolo”, añadió. 

Andretti no confirmó un acuerdo con Renault para ser motorizados por los franceses, y aclara que todavía hay varias puertas abiertas (¿Porsche dará la campanada?): "No hemos dibujado eso, todavía no hay una línea en la arena. Estamos trabajando en todos los ángulos posibles, hay muchas posibilidades para continuar y va a toda velocidad por delante", acotó Mario. 

Se insiste con lo dicho en el último paréntesis: un bandazo inesperado podría desbloquear la entrada de Porsche y Andretti a la F1, si unieran fuerzas para ingresar como undécimo equipo de la máxima. Juntos, acumularían el capital y las garantías financieras que los equipos europeos reclaman para que nadie más pueda entrar nunca a pisarles el poncho. Si no, tanto para la marca alemana cuanto para la escudería estadounidense, la única solución será comprar uno de los diez equipos actuales.