El primer problema que dieron los F1 de 2022 en Barcelona fue el 'porpoising'. Es el salto causado por el efecto suelo cuando llega a su máximo y se pierde completamente por un instante para recomenzar el ciclo: una paliza para los pilotos y un problema para el rendimiento y hasta para la visibilidad, ya menor este año por los grandes neumáticos de 18 pulgadas.

Otra rémora vista en Montmeló es el alto peso de los autos. Este año el mínimo es 795 kilos contra 752 de 2021, pero sólo Alfa Romeo encontró soluciones para minimizar el peso (tiene el auto con menor distancia entre ejes, en un año en el que todos están rondando el máximo, como se contaba ayer en Continental Web). El otro equipo que parece contar con un auto livianito es McLaren.

En este contexto, algún jefe de equipo ha asegurado que varios coches están “dos dígitos por encima del peso mínimo” (805 kilos, una locura: los coches de Senna y Schumacher pesaban 600 kilos; un Hypercar pesa unos 1.000 preparado para competición).

Ahora, Helmut Marko, emir de Dietrich Mateschitz en Red Bull Racing, admite que el RB18 tiene en el sobrepeso su principal problema, por encima del porpoising. "El único problema que tenemos es el peso, pero todos los equipos lo tienen. Gracias a Dios que se subió el peso mínimo, pero todavía queda mucho trabajo por hacer antes de la primera carrera", declaró el austríaco, quien se ilusiona con que la FIA suba el peso mínimo para este mismo año.