El 3 de febrero, el Consejo Mundial del Motor, máximo órgano deliberativo de la FIA, se reunirá “de emergencia” para cerrar varios temas importantes antes del comienzo de la temporada ‘alta’. ¿Habrá clasificaciones al Sprint o la codicia de los equipos grandes (Brown dixit) nos dejará sin el último engendro de Domenicali? ¿Cómo se cubrirá la FIA de las múltiples gaffes en la dirección de carrera de la F1 en 2021? ¿Echándolo para deslindar responsabilidades o rodeándolo para quitarle tareas y discrecionalidad?

Desde la FIA ya no descartan prescindir de Masi. El problema ahora es de qué se disfrazan si en una de esas Hamilton decide retirarse tras la publicación de las conclusiones de la FIA sobre las decisiones arbitrarias del australiano. Para para minimizar las chances de esa posible decisión, astutamente postergaron hasta marzo las conclusiones sobre Abu Dhabi: la ablandadora del poder.

Peter Bayer, jefe del Departamento de Monoplazas de la FIA, admitió que “es posible” que haya un nuevo director de carrera en 2022. Es el responsable de dirigir el “análisis” encargado por ben Sulayem a la FIA sobre el escándalo.

Se piensa en una estructura para “rodear” al director de Carrera con el fin de que éste pueda centrarse en las decisiones; además de dividir responsabilidades de Masi en una tríada, habría un ‘box virtual’ como el de los equipos para enviar más información al circuito. También trabajan para limitar el acceso de los directores de equipo al director de Carrera.

Finalmente, la solución más salomónica de todas las que urde la FIA para sacarse la papa Masi del fuego es ni más ni menos que nombrar otros dos directores de Carrera que se vayan turnando en distintos Grandes Premios, como quien no quiere la cosa.