Se informaba hace días en Continental Web que el plan A de Audi para volver a la F1, comprar McLaren, estaba prácticamente olvidado por las enormes diferencias de cifras. Audi ofreció 450 millones de euros y luego se extendió a los 650, pero todo se coronó con las declaraciones de Zak Brown, dueño de la escudería inglesa, en Miami: “McLaren no está en venta”.

A partir de allí, tres equipos cumplían los criterios de Audi para la compra: Williams, Sauber y, en menor medida, Aston Martin. ¿Por qué? Porque Williams y Sauber tienen, al igual que McLaren, empresas de desarrollo tecnológico surgidas de las actividades propias de un equipo de F1 pero que prestan servicios a empresas ajenas al deporte motor. Esto ahorraría al menos cientos de millones de euros en desarrollo a Audi.

Por eso, la intención de la marca alemana es comprar Sauber (según atestigua el periodista ingés Joe Saward). Además de las razones expuestas, la escudería suiza tiene un pasado como BMW-Sauber durante un lustro en la primera década del siglo, y mucha de la gente que trabajó en esa etapa ahora está en Audi. Entre ellos se cuentan Markus Duesmann, director ejecutivo; Adam Baker, Estrategia de Competición; y Mike Crack, quien actualmente es jefe de equipo de Aston Martin, podría volver al redil de Hinwil.

En este contexto, Lawrence Stroll ya parece haber comprendido la gaffe empresarial que cometió al comprar Force India / Racing Point para que su hijo tuviese una butaca en F1: Lance nunca será una figura de la F1, y Aston Martin entró a la máxima, como se ha dicho en Continental Web, en el exacto momento en que varios equipos históricos comenzaban a volver del marasmo vivido en la Era V6 Turbo Híbrida y a eliminar ese hueco que tuvo Force India de 2014 a 2018 para pelear incluso el liderazgo del segundo pelotón.

El objetivo de Stroll es sacarse de encima la tradicional marca inglesa, salvándola de la quiebra al entregársela a un holding internacional como el Grupo VolksWagen. Pálpito: difícil que esta intención se concrete. Tal como la plantea el empresario canadiense, implicaría la venta de la marca de autos, no sólo del equipo de F1. Pero el paquete que ofrece Stroll no es el que busca Audi. Ese está en Sauber y Williams, y para Suiza apuntan los alemanes.