Se acabaron los tiempos en los que Ferrari o cualquier otro equipo podía iniciar una temporada con el coche del año anterior y seguir ganando. Desde el inicio de la 'guerra de los túneles de viento' en 2009 (con la prohibición de los ensayos privados para ahorrar costos), son varios los momentos en el año en los que cada equipo lleva la mayor cantidad de actualizaciones posibles: España y Gran Bretaña son quizá los dos puntos más fuertes, por el momento de las temporadas (los desarrollos llevan un tiempo de investigación, pero también un tiempo de producción de piezas) y por las características de esos circuitos, que permite probar casi todo lo que se puede testear a lo largo de un fin de semana de carrera.

Este año, Ferrari arrancó con un auto muy desarrollado, y la ventaja en las dos primeras carreras (sumada a los inquientantes problemas de fiabilidad de Red Bull) fue tal que los italianos decidieron no hacer grandes innovaciones hasta Barcelona, y los demás equipos, por el contrario, apuraron todas las mejoras que pudieron para recuperar el tiempo perdido (sobre todo por Red Bull y Mercedes, enfrascados en la lucha por el Mundial de 2021) con el nuevo referente de la parrilla.

Las mejoras de Red Bull (el equipo más fuerte en I&D durante cada temporada, en promedio, desde 2010) en Imola les permitieron a los austríacos un paso adelante nítido y demoledor: encuentran más rápido la temperatura de los neumáticos y los cuidan mejor que Ferrari en características completamente distintas de trazado y de temperatura (como fueron Imola y Miami), y el concepto con el que Adrian Newey diseñó el coche de este año (minimizar el drag, con un coche muy limpio aerodinámicamente en la superficie) más la tremenda potencia que logra alcanzar el motor Honda cuando no se rompe hacen que el Mundial de este año parezca muy orientado a favor de Red Bull.

Se decía en Continental Web hace un par de carreras, incluso antes de Imola: si Red Bull soluciona sus problemas de fiabilidad relacionados con el flujo de combustible, parece imparable para esta Ferrari. Además, desde el principio planteábamos que la ventaja inicial de Ferrari sólo podría mantenerse si se mantenía el impulso de Investigación y Desarrollo a lo largo de la temporada (uno de los puntos más débiles de Ferrari antes de Binotto). Muchas veces en la última década y pico Ferrari arrancó con un coche competitivo y ganador, pero en el último tercio de la temporada se estancaban y se iban hundiendo en la intrascendencia.

Por eso, el Gran Premio de España será fundamental para Ferrari: todos los equipos llevarán la máxima cantidad de actualizaciones del año, pero la Scuderia las guardó casi todas para España. Debe dar un salto de calidad superior al anticipado por Red Bull (que adelantó la mayor parte de sus mejoras a Imola).

Pero, de cara al resto de la temporada, Mattia Binotto y sus muchachos tienen un punto a favor: el límite presupuestario. Este año, con la inflación a nivel mundial subiendo a niveles que no se experimentaban desde los años 1970 y la crisis de insumos que vive la industria a nivel internacional, más la escasez de tierras raras por el conflicto en Rusia (que ha dificultado muchísimo, por ejemplo, la producción de baterías), el crecimiento escalofriante de los costos de logística de la F1 (que usaban muchísimo el servicio de los grandes aviones rusos Antónov para trasladar la mayor parte de su impedimenta a cada país), están poniendo a parir a los equipos punteros para mantenerse dentro del límite reglamentario.

Esto afecta directamente el desarrollo y la producción de piezas. Con una 'addenda' no menor: en la segunda mitad del año, una vez definido el reglamento técnico del año siguiente, la mayor parte de los recursos de I&D deberá destinarse al auto de 2023. Los equipos punteros claman desde hace semanas por una ampliación del límite presupuestario de 140 millones de dólares (unos 130 millones de euros), y los tironeos por más dinero a cambio de más 'Sprints' este año tuvieron que ver con torpedear el límite presupuestario por los flancos.

Por todo lo dicho, esta puja por el desarrollo entre Red Bull y Ferrari no podrá desbordarse (ni siquiera a los niveles del año pasado entre Mercedes y Red Bull). Es la segunda esperanza de Ferrari; la primera es que las mejoras de Ferrari esta vez funcionen, y le permitan a Leclerc cuanto menos defenderse en las rectas. La segunda es que, si Ferrari es apabullada en el primer tercio de temporada por las mejoras de Red Bull, el límite presupuestario las contenga de cara a la segunda parte del año, y le permita al equipo italiano enjugar las diferencias.

“Como de costumbre, espero que el paquete que estamos introduciendo funcione como se esperaba, y en ese caso puede ser bueno, para tratar de recuperar la brecha actual que tenemos en comparación con Red Bull”, declaró Binotto tras el GP de Miami.

“No tenemos el dinero para gastar en mejoras en cada carrera. No por incapacidad, sino por el tope presupuestario. Entonces, de alguna manera debemos tratar de enfocar el desarrollo cuando creemos que es el momento correcto y el gasto correcto”, explicó el flemático ingeniero.