Max Verstappen ganó el GP de Bélgica de F1 2023 por una diferencia aplastante de medio segundo por vuelta promedio ¡a su compañero de equipo!

La diferencia entre Red Bull y los demás no es enorme, pero en manos de Verstappen es abismal. Pero en realidad la FIA exterminó la reforma del reglamento técnico elaborada por Ross Brawn y Pat Symonds para emparejar las performances y facilitar los sorpassos. Lo que vemos esta temporada es el fruto de esa inconsecuencia, no sólo de la genialidad de Adrian Newey y Max.

Desde que, entre Bélgica del año pasado y el inicio de esta temporada, la F1 subió la altura mínima un total de 25 milímetros, acabó con el efecto suelo y volvió a darle preeminencia a la aerodinamia y a la suspensión: papita para Newey. El genial británico aprovechó la trampita de Red Bull con el límite presupuestario (la hicieron cuando les iba a causar el máximo beneficio y el mínimo daño, asegurándoles esta preeminencia que persistirá en las próximas dos temporadas) para fabricar un auto que, en manos de Max Verstappen, es de otro campeonato.

El resto de la F1 está apasionantemente parejo. Un día McLaren emboca las mejoras y hace todo bien y es el segundo equipo; otro día lo ha sido Aston Martin, Mercedes o incluso Ferrari y Alpine. Eso sí, todo acaba en un 1-2 inexorable de Red Bull, que en Carrera se sobrepone incluso al derrumbe anímico de Checo Pérez tras su breve conato de lucha por el título 2023.

De la Carrera en sí no hay mucho que decir. Lo más aburrido de un fin de semana para alquilar balcones fue el Gran Premio, con una pista ya seca (salvo un cuarto de hora en que la pista se mojó en algunas partes y se puso emocionante, pero no al punto de trastornar estrategias).

En la largada, Sainz Jr quedó ensanguchado en la Curva 1 entre Hamilton por afuera y Piastri por adentro, y la terminó pagando el talentosísimo rookie australiano. Abandonó enseguida, en un domingo catastrófico para McLaren que Norris más o menos pudo capear hasta rascar algunos puntos. Sainz Jr. quedó con el pontón averiado por el golpe, y no duró mucho más.

No se culpe a nadie, fue La Source: la primera curva de Spa es un embudo en bajada que convierte los toques de largada en una anécdota habitual. Esta vez pagaron Sainz Jr. y Piastri.
No se culpe a nadie, fue La Source: la primera curva de Spa es un embudo en bajada que convierte los toques de largada en una anécdota habitual. Esta vez pagaron Sainz Jr. y Piastri.

Poco después, Checo Pérez aprovechó la interminable recta de Kemmel y superó a Leclerc con toda facilidad por afuera en la frenada de Les Combes para agarrar la punta de la Carrera.

Leclerc ya ni sufre. Red Bull, en otra galaxia en velocidad punta.
Leclerc ya ni sufre. Red Bull, en otra galaxia en velocidad punta.

Max, que largaba sexto pese a su espléndida Pole del viernes por cambiar la caja de cambios, fue pasando autos con la misma maniobra en el mismo lugar. A un inerme Hamilton en la Vuelta 6 y a Leclerc en la Vuelta 9.

Max a Leclerc (Vuelta 9)
Max a Leclerc (Vuelta 9)

A partir de ahí quedó segundo a 2,8 segundos de Checo, y empezó las maniobras de acoso y derribo. El ígneo Verstappen está tan seguro del título en el bolsillo que se toma las carreras con cada vez mayor calma. La consecuencia es que uno de sus pocos puntos débiles desaparece, y te liquida a fuego lento, aunque a la primera oportunidad.

Fue lo que le hizo a su compañero de equipo. Usó todo el primer stint para acercarse cuidando los neumáticos y lo pasó por afuera en la frenada de Les Combes por la Vuelta 17, justo antes de que la llovizna empezase a complicar la tracción.

Pérez ni intentó resistirse. La diferencia de ritmo entre los compañeros de equipo fue aplastante a favor de max en la segunda parte de la competencia.
Pérez ni intentó resistirse. La diferencia de ritmo entre los compañeros de equipo fue aplastante a favor de max en la segunda parte de la competencia.

Una vez que Max tomó la punta, se convirtió en Senna-Mónaco88, y corrió para humillar a un Pérez ya hace rato desahuciado en su guerra privada con el bicampeón neerlandés. Pero Spa no es Monte Carlo, y Verstappen no chocó contra ninguna pared. Arrancó sexto la carrera y le sacó una diferencia de ritmo abismal al tapatío (más de un segundo por vuelta, por momentos).

De los demás, muy destacable el podio de Leclerc en un fin de semana que a priori era negro para Ferrari y se laudó (pese a los dislates en el Stint) con un tercer puesto el domingo.

Hamilton está corriendo a cara de perro, como un corsario, a los autazos como en sus tiempos de McLaren, y rascó un muy buen cuarto puesto. Russell también sacó pecho en un fin de semana arduo para él y terminó sexto.

Quinto llegó Alonso, sacando otra vez agua de la piedra que le toca (otra vez) manejar. Pero Aston estuvo en la pelea en ritmo de Carrera (mejor que Alpine, más enredado con el ritmo de los Alpha Tauri que con el pelotón que persigue de lejos a Red Bull), y Stroll también terminó en zona de puntos.

El séptimo puesto de Norris debe sumarse a la lista de sus actuaciones asombrosas, en un día que a McLaren todo le salió al revés. Agachó la cabeza y le dio puntos al equipo británico. Un piloto que vale oro ¿y que ya codicia Red Bull? (¿Norris a Red Bull y Palou a McLaren, sería el movimiento en ese caso?)

En ese contexto, Ocon pudo terminar octavo en una Carrera que no fue nada fácil para el equipo francés (cuya cúpula acaba de ser exonerada por malos resultados) y Tsunoda, en un fin de semana perfecto como se le recuerdan pocos para rascar el último puntito.

La F1 entra ahora en su receso estival (europeo) de tres fines de semana, y volverá del 25 al 27 de agosto en Zandvoort para el Gran Premio de Gran Bretaña. La acompañará la F2 (por ignotas razones, la F3 no corre esa fecha). 

F1: aburrida victoria de Verstappen en Spa