Es difícil creer que la vicepresidenta no lo calculó, bien puede ser parte de la guerra de poderes que se viene desatando, pero después de la estrategia de dividir el bloque oficialista en el Senado para quedarse con tres de los cuatro Consejeros de ese cuerpo en la Magistratura, la distribución de los 20 miembros terminaría dando 10 para cada uno.

Sumando a todos los representantes cercanos al oficialismo: académicos, representante del Poder Ejecutivo, legisladores y jueces, el kirchnerismo alcanzaría 10 miembros. Por otro lado, Juntos, considerando los abogados, los jueces mas próximos y los legisladores, y contando al presidente de la Corte Suprema como "no oficialista", también serían 10 en un cuerpo de 20.

En esa lógica, todas las decisiones estratégicas quedarían en empate y por reglamento, ante el empate, define el voto del presidente, es decir, Horacio Rosatti, presidente de la Corte.

La única forma de desenmarañar la cosa, sería que Sergio Massa haga en diputados la misma jugada que Cristina en el Senado y entonces los K obtendrían 11 consejeros sobre 20, anulando la posibilidad de empate.

La decisión que se tome en diputados será crucial. De seguir Massa un camino diferente, todo recaerá en Rosatti, que si hoy es el enemigo público número uno del oficialismo, en ese caso, será un objetivo cotidiano, formulado por el propio kirchnerismo, quizás casualmente, o tal vez, en la búsqueda de crear un enemigo que le quite protagonismo a la oposición política.