Cristina Fernández de Kirchner pergeñó una jugada magistral rompiendo el bloque de senadores del Frente de Todos en la Cámara Alta, para ocupar el lugar para el que, el PRO había designado a Luis Juez en el Consejo de la Magistratura.

Según lo indicado por la Corte, la ley vigente de Consejo de la Magistratura, indica que en el cuerpo deberá haber "Ocho (8) legisladores. A tal efecto los presidentes de la Cámara de Senadores y de Diputados, a propuesta de los respectivos bloques, designarán cuatro legisladores por cada una de ellas, correspondiendo dos al bloque con mayor representación legislativa, uno por la primera minoría y uno por la segunda minoría".

Hasta ayer, el oficialismo contaba con 35 senadores, el radicalismo tenía 18 y el tercer bloque en cantidad de miembros era el PRO, con 9, y en base a eso, solicitaba el nombramiento de Juez.

Pero la vicepresidenta jugó sus cartas, y ordeno que el bloque del Frente de Todos se parta en dos. Así el bloque Frente Nacional y Popular tendría 21 miembros y el bloque Unidad Ciudadana 14 miembros. 

De este modo, el de mayor representación sigue siendo el Frente de Todos, que tendrá dos miembros (ya designados), el segundo bloque en número es la UCR (ya tiene uno miembro del Consejo designado) y el tercero deja de ser el PRO que tiene 9, y pasa a serlo el bloque Unidad Popular que ahora tiene 14 y deberá designar al integrante del Consejo de la Magistratura que está pendiente.

Hasta ayer, el PRO insistía con el nombramiento de Juez porque era el tercer bloque en cantidad de representantes. Luego de ello, se multiplicaron las denuncias mediáticas y las amenazas de judicializar la cuestión.

Según pudo saber Continental, si hay presentaciones judiciales la cosa no prosperará. Ni siquiera en la Corte que hoy se encuentra enfrentada con el gobierno. "Esta dentro de las posibilidades que otorga el reglamento de la Cámara, no hay nada ilegal en eso. Además, se trata del funcionamiento interno de otro poder del Estado, debe dirimirse allí", explicó una altísima fuente de la cabeza del poder judicial.

Claramente, Juez y la oposición despotricarán unos cuantos días por el tema, pero la movida no puede objetarse reglamentariamente y el oficialismo se quedará con un sillón inesperado en el Consejo de la Magistratura, por la jugada de Cristina.