El saldo de víctimas por el colapso de una mina ilegal en el sur de Venezuela ha generado preocupación, con reportes que indican que el número de fallecidos podría llegar a 25, según informó el alcalde de la zona afectada, Yorgi Arciniega, mientras continuaban las tareas de rescate.

El derrumbe se produjo en la tarde del martes, dejando a varios mineros atrapados en la mina, ubicada en el municipio Angostura del estado Bolívar, a unos 460 kilómetros al sureste de la capital. La zona es de difícil acceso, con presencia de pequeños lagos, pantanos y ríos importantes como el Caroní, que alimenta a Guri, el mayor complejo hidroeléctrico del país.

En Venezuela, la actividad minera, especialmente la de oro, cobre, diamantes y otros metales preciosos, es frecuente, pero muchos trabajadores operan en condiciones precarias de seguridad.

El auge de la actividad minera en el sur del río Orinoco ha atraído a miles de desempleados de todo el país y se ha convertido en el sustento de poblados cercanos. Sin embargo, esta actividad ilegal ha generado preocupaciones en torno a la seguridad de los trabajadores y el impacto ambiental.

La región de Bolívar cuenta con la extensa faja del Orinoco, una zona rica en recursos minerales como oro, diamantes, hierro, bauxita, cuarzo y coltán, que ha sido explotada tanto por el gobierno como por grupos ilegales y criminales. Esto ha generado denuncias de un "ecocidio" en la zona por parte de ambientalistas.

En diciembre pasado, otro colapso en una mina en el estado de Bolívar provocó la muerte de al menos doce personas, lo que resalta la peligrosidad de esta actividad en condiciones precarias.

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ha llevado a cabo operativos para desalojar a mineros ilegales en áreas protegidas, como el Parque Nacional Yapacana, ubicado en el Amazonas (sur), donde se estima que unos 14.000 mineros ilegales fueron desalojados en el último año.