La Justicia chilena ha emitido una orden para reabrir la investigación sobre la muerte del poeta Pablo Neruda, atendiendo a la existencia de elementos que podrían contribuir al esclarecimiento de los hechos. Esta medida responde a la querella presentada por el Partido Comunista (PC) en 2011, que sostiene la teoría de que Neruda fue envenenado durante su internación en la Clínica Santa María de Santiago, tras el golpe de Estado de 1973 liderado por Augusto Pinochet.

La orden de reapertura incluye la realización de un nuevo peritaje caligráfico sobre el certificado de defunción y una revisión de las pericias realizadas por expertos de las Universidades de McMaster y Copenhague, que concluyeron que Neruda murió envenenado. Asimismo, se ha convocado a declarar a Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación de Chile, y a Eduardo Arriagada Rehren, sobre su trabajo de inteligencia en relación al clostridium botulinum, bacteria que se cree pudo haber sido inyectada al poeta.

El Partido Comunista presentó un recurso en 2023 para evitar el cierre de la investigación, argumentando la existencia de nuevos antecedentes, el cual fue rechazado inicialmente en diciembre de ese año. Posteriormente, en 2013, los restos de Neruda fueron exhumados y enviados a laboratorios en Estados Unidos y España, tras lo cual un segundo panel de peritos descartó que la causa de muerte fuese el cáncer de próstata.

La muerte de Neruda, que durante mucho tiempo se atribuyó a complicaciones derivadas de su cáncer, ha sido objeto de numerosas investigaciones y especulaciones a lo largo de los años, alimentadas por la persistente sospecha de que fue asesinado durante el régimen militar de Pinochet.