La serie, impiadosa y ajustada a una realidad dolorosa, tiene su centro en la caída de la Fuerza Especial de Rastreo de Armas de la policía de la ciudad de Baltimore. Policías acusados de robar dinero y drogas, que luego eran vendidas, extorsión y brutalidad, como fueron retratados en el libro del periodista Justin Fenton.

“We own this city”, avanza en tres ejes que se muestran a través de la investigación realizada por el FBI de este grupo de policías corruptos. Por un lado los miembros de la fuerza, con la historia de Wayne Jenkins (Jon Bernthal) en primer plano; luego los interrogatorios de los investigadores que van introduciendo con sus indagatorios a los hechos de los que se acusa a los policías y por el otro lado la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia y una lucha desesperanzadora a la hora de tratar de encausar una sociedad racista e intolerante. Con una narración fragmentada que nos va llevando a distintos eventos a lo largo de los años que se investigaron en imágenes que casi podrían pasar como las de un documental.

La televisión norteamericana (y el cine) suele hacer catarsis y mea culpa sobre los temas más escabrosos que se desarrollan en los distintos estados. Esta serie, es un ejemplo claro de eso. Una historia espesa y agobiante que aprovecha integralmente los seis episodios que la componen. 

La dupla David Simon y George Pelecanos, vuelve a lucirse como en “The Wire”, con un trabajo minucioso y pesimista de lo que sucedió en la ciudad portuaria y la transformó en una de las más violentas de los Estados Unidos. Una muestra de como la sociedad se divorcia de las instituciones que deben protegerla y, como lo describe uno de los personajes, se transforma en una guerra absurda. 

En definitiva, un guión realizado por especialistas, actuaciones de gran nivel y una historia potente conforman que la vara de HBO continúa alta y que “We own this city” no nos va a defraudar.