Por la jerarquía con la que cuenta, Vélez era un equipo con muchas posibilidades en esta Copa Libertadores. En la fase de grupos había finalizado segundo del Flamengo, contra quien disputó dos partidos muy parejos. Sin embargo, se fue muy pronto del torneo. En Guayaquil, el equipo argentino perdió 3 a 1 con Barcelona, tras haber ganado 1 a 0 en Liniers y quedó eliminado en octavos de final. Adonis Preciado, Gabriel Cortéz y Jonathan Perlaza convirtieron para el equipo ecuatoriano, mientras que Juan Martín Lucero había empatado parcialmente para los argentinos.

En la primera mitad, el local fue decididamente más. Tuvo mucho la pelota, con buen ritmo y, fundamentalmente, cortó muy rápido y muy arriba los intentos del visitante por salir con pelota dominada. Lo hizo perder confianza y refugiarse.

El conjunto ecuatoriano tuvo dos oportunidades concretas. La primera fue un cabezazo del paraguayo William Riveros, tras un tiro de esquina, que dio en el travesaño. Y, poco después, llegó la acción del primer tanto. Fue a partir de una muy buena acción colectiva: Gabriel Cortéz la armó y se la dio a Carlos Garcés que recibió en el área, luchó, giró y asistió a Preciado. El delantero se tiró y con la punta del botín la empujó y dejó fuera de combate a Lucas Hoyos. Con ese tanto, justo por lo que había sido el partido, abrió el partido e igualó la serie.

El Fortín intentó adelantarse por el resultado adverso pero no tuvo claridad en ningún momento. Se notó la búsqueda por reaccionar, pero las imprecisiones no le permitieron progresar y lo expusieron a contraataque por parte del local.

Vélez salió con una actitud más agresiva en la segunda parte y muy rápidamente encontró premio. Tras un buen corte en la salida de Barcelona, Lucas Janson desde la izquierda enganchó y tiró un centro de derecha absolutamente preciso. Lucero, con un cabezazo débil pero muy ajustado contra el palo, empató el partido. Con ese gol, el conjunto argentino no solo se puso arriba en la serie sino que además sacó una ventaja adicional: el equipo ecuatoriano pasó a tener que ganar por dos goles para clasificarse.

Y a Barcelona le costó volver a entrar en partido, pero lo consiguió a partir de un penal a los 22 minutos. Cortéz, recibió en el área y se frenó de golpe y el juvenil Nazareno Romero lo chocó muy levemente sobre la espalda. La jugada fue muy dudosa, pero a Cortéz poco le importó y convirtió desde los 12 pasos.

El partido se hizo abierto, con el conjunto ecuatoriano lanzado al ataque en busca del gol de la clasificación y con el equipo argentino listo para contraatacar. Pero todo se resolvió con un error determinante de la defensa de Vélez. Tras un centro al área que no llevaba peligro, Tomás Guidara quiso cerrar y cabeceó muy mal, contra el cuerpo de Matías De Los Santos. La pelota le quedó servida a Perlaza que convirtió con remate contra el palo derecho de Hoyos.

Ya sin ideas, el equipo de Mauricio no pudo hacer más. Tuvo una oportunidad en un tiro de esquina, pero no tuvo mayor reacción. Los cambios hechos por el entrenador inundaron el juego de jugadores jóvenes, frescos para contraatacar, pero quizás no tan adecuados para llevar el peso de tener que buscar un resultado.

El impacto de la eliminación es grande. El conjunto de Liniers, a pesar de los jugadores que se le fueron libres y de los que cedió a los Juegos Olímpicos, todavía tiene uno de los planteles más importantes del fútbol argentino. Si bien quedó afuera con un equipo que ha mostrado buenos momentos, no se enfrentó a una potencia y nuevamente falló en un partido importante.