Históricamente, no es el torneo que mejor le sienta a los argentinos. La veloz superficie del All England Lawn Tennis and Croquet Club no suele combinarse del mejor modo con los tenistas de nuestro país, formados mayoritariamente en polvo de ladrillo. Por eso, recién se juega la segunda ronda de Wimbledon y ya no quedan compatriotas en competencia.

El último en quedar eliminado fue nada menos que Diego Schwartzman, el de mejor ranking de todos. Cayó sorpresivamente este jueves a la mañana ante el británico Liam Broady, 132° del mundo. Fue en cinco sets, 6-2, 4-6, 0-6, 7-6 y 6-1.

Si bien el local tiene un estilo mucho más cercano al tipo de superficie, no deja de impactar la eliminación del 12° preclasificado para el campeonato en una instancia tan temprana contra un jugador que llegó por wild card, es decir, por invitación.

Tras un arranque complicado, el argentino dio vuelta la historia y parecía que encaminaba el triunfo. En el cuarto set estuvo 3 a 0 arriba, pero no pudo cerrarlo y lo perdió en el tie break. Lo más llamativo fue su rendimiento en el último parcial: cedió su saque dos veces y fue despechado en 36 minutos por su rival. 

Los demás tenistas argentinos habían caído anteriormente. Tomás Etcheverry, Facundo Bagnis, Federico Coria y Francisco Cerúndolo fueron eliminados en la primera ronda, mientras que Sebastián Báez consiguió avanzar de fase, pero ayer cayó ante el belga David Goffin.