San Lorenzo pasa por un muy duro momento. Las necesidades institucionales son innumerables, pero puede resumirse fácilmente en un requerimiento urgente: presencia dirigencial y medidas concretas en torno al llamado a elecciones. Marcelo Tinelli y Matías Lammens han tratado de calmar las aguas con comunicados mediante redes sociales que no han sido respaldados por ningún tipo de accionar oficial y la paciencia del socio no resiste más.

El 30 de abril el conductor televisivo publicó una extensa carta en su cuenta de Instagram en la que manifestó su renuncia tras un pedido extenso de licencia, que derivó en un momento deportivo pésimo para la institución que en algún momento lideró.

Sin embargo, ese posteo fue borrado una semana después y la renuncia al cargo de presidente jamás fue oficializada en el club. Ya sea por mero desinterés por parte del empresario mediático o por especular con calmar los ánimos un rato para luego sacar algún tipo de provecho, el Ciclón sigue como hace dos semanas: a la deriva. De hecho, Tinelli debió ser intimado mediante carta documento para que confirme o ratifique su renuncia y todavía no ha hecho ninguna de las dos cosas.

En el medio, Lammens prácticamente imitó el accionar de su mentor. Mediante su cuenta de Twitter anunció su renuncia a la vicepresidencia del club y comunicó que seguiría como vocal. Además, por primera vez, abrió la puerta a que se pueda votar de nuevo: "Los socios eligieron a un presidente que hoy no está más en ese rol y llamar a elecciones sería lo correcto".

Esa declaración que para algunos fue tomada como un compromiso o como una acción concreta, en realidad no significó absolutamente nada. Si bien flota en el aire la idea de posibles comicios en diciembre de este año, los dirigentes que han quedado a cargo del club, como Horacio Arreceygor, no han hecho un sólo movimiento que indique que buscarán una salida democrática de la caótica situación en la que se encuentra la institución.

Los socios lo perciben y por eso no han dejado de manifestarse en ningún momento. La reacción de los hinchas de San Lorenzo en cada partido jugado de local y en marchas autoconvocadas para sacar a su equipo del infierno en el que está, ha sido conmovedora. La poca credibilidad que tienen los directivos que han quedado al frente del club es tan grande, que incluso ante estos anuncios los hinchas siguen llamando a manifestarse.

Este jueves volvió a haber una convocatoria multitudinaria en la sede de Avenida La Plata para pedir elecciones y tratar de activar a dirigentes que parecen cómodos, dormidos o desinteresados en el bienestar de su institución.

Lo más curioso es que de acuerdo a los números que manejan dentro del club, más del 70% de la masa societaria exige la salida de la actual comisión directiva completa, y aproximadamente el 50%, los había votado en las últimas elecciones. 

Pocas cosas son más irreversibles que la traición a la confianza. En cualquier relación humana, es un ítem que en caso de perderse en casi irrecuperable. Las instituciones deportivas para los hinchas argentinos tienen una importancia vital. Son casi como un familiar, un hermano o un amigo. Por eso, perdonar a quien deja desamparado a un ser querido en busca de su propio éxito personal es absolutamente imposible.