McLaren tantea a Sebastian Vettel para que pilote uno de sus autos en 2023. Daniel Ricciardo está tan traumado por su bajo nivel en la escudería inglesa en comparación con el casi siempre asombroso Lando Norris que incluso estaría contemplando la posibilidad de retirarse de la F1 este año, aunque tiene contrato para 2023.

Para el puesto ya han sonado Alex Albon (convertido en supercrack en comparación con su compañero de equipo en Williams); el veloz pero con tendencia a estrellarse Colton Herta, estrella de la IndyCar; y el gran campeón de la F2 2021, Oscar Piastri, al que Alpine quiere encontrar asiento sí o sí para 2023.

Sin embargo, para el tetracampeón alemán es cosa de Aston Martin o nada. Sebastian aseguró que tendrá en cuenta los planes de desarrollo y el potencial del equipo (en ese caso, no habría duda: McLaren). "Tendré en cuenta, por supuesto, la dirección en la que se desarrolla el coche y cuánto potencial veo en el equipo. Ya he enfatizado varias veces que quiero luchar por puntos, pero también por victorias. De lo contrario, la diversión se pierde. En las próximas semanas, junto con mi familia, tengo que darme cuenta de lo realistas que son mis objetivos y de la cantidad de energía que todavía siento en mí para seguir creciendo junto con el equipo", añadió.

Lo anteriormente transcripto indica más retiro de Vettel que ganas de seguir, porque ¿qué equipo, incluso McLaren, podría garantizarle el rendimiento que Aston Martin probablemente nunca le dé? Eso sí: ya suena Mick Schumacher como su reemplazante en la escudería ‘verde’.

Por otra parte, el retiro de dos pilotos del rango etario de Vettel/Ricciardo sería todo un símbolo del recambio generacional que de hecho forzó la camada de Verstappen, Leclerc y compañía. Sólo verdaderos fuera de serie como Hamilton y Alonso pueden todavía competir con estos pibes.
 

             Masi se va de la FIA, que no encuentra el rumbo con los nuevos directores de Carrera

Por otra parte, Michael Masi anunció su alejamiento de la FIA “por decisión propia”. Tras ser descabalgado de su puesto como director de Carrera luego del escandaloso final del Mundial 2021, Masi recibió un ‘ascenso inglés’: lo pusieron en un puesto directivo de la FIA para ahorrarle el descrédito de ser destituido de un cargo de tan alta exposición para el que se lo creyó dotado por un par de décadas, dada su juventud y la mejora en la gestión de las carreras respecto del estilo timorato del último Charlie Whiting.

Pocos meses después de esta farsa de relaciones públicas, el australiano Masi decidió irse de la FIA ‘motu proprio’ para estar con su familia. La decisión surge luego de semanas en las que se habló de su empleo como director de Carrera en algunos Grandes Premios de este año, y en el medio de un conflicto en puerta con los nuevos directores de Carrera, a los que los pilotos les enrostran falta de consistencia en las decisiones que se toman y falta de respuestas coherentes a esa falta de consistencia.

"Trabajó durante tres años como director de carrera de la Fórmula 1 y delegado de seguridad tras el repentino fallecimiento de Charlie Whiting en 2019, desarrolló numerosas funciones de una forma dedicada y profesional. La FIA le da las gracias por su compromiso y le desea lo mejor para su futuro", señaló la FIA en un comunicado.

La salida de la FIA para el intríngulis que se generó a finales de 2021 en la F1 promoviendo a dos directores de Carrera para alternarse, y generando un organismo para asesorar online a los comisarios y al director de Carrera. Repartir el poder que, a lo largo de las décadas, había ido acumulando Charlie Whiting, y que heredó Masi.

A pocos meses de iniciado este sistema, se van acumulando incoherencias entre las decisiones de Wittich y Freitas (que aplican criterios completamente distintos: uno es Castrilli y el otro Lamolina, para que se den una idea). El resultado es la furia de los pilotos, que no tienen criterios coherentes para saber si serán sancionados o no por una maniobra rueda a rueda o por una salida del trazado. A esto se suma cierta tendencia de los nuevos directores a sancionar a los pilotos más protestones, como Vettel y Alonso.

El último fin de semana, Vettel se fue ofuscado de la reunión previa de la GPDA y la Dirección de Carrera, y fue multado ‘en suspenso’ por 25 mil euros. La sensación es que el enfrentamiento está en ciernes, y, si la FIA no empieza a aplicar criterios uniformes, crecerá.