La Fórmula 1 atravesó la peor crisis humanitaria global desde 1945 cuando apenas despuntaban los beneficios de las medidas implementadas por Liberty Media 'para potenciar la marca'. El consorcio de capitales mayormente estadounidenses invirtió todos sus ingresos netos en sus primeros años para lograrlo, y, en parte por ello, la máxima superó un 2020 en el que casi media parrilla estuvo al borde de la extinción por falta de ingresos para asumir sus compromisos.

Ahora, la compañía que regentea la Formula One Management obtuvo unos 80 millones de euros en beneficios, en contraste con los 104 millones perdidos en igual lapso del año anterior. Los ingresos crecieron 12 por ciento, de 597 a 668 millones (338 de ellos, para las escuderías).

Todo esto se logró pese a que hubo siete carreras en el período, contra diez del año pasado, y muchas de ellas pagaron un canon sustancialmente reducido para poder sacar el campeonato adelante. Por la menor cantidad de carreras, hubo menos ingresos por derechos de imagen, pero eso fue compensado por otros rubros, como las ventas en el Paddock. Además, para el final del año se espera una mayor concentración de Grandes Premios, entre ellos los de los (para la F1) lucrativos países árabes.