Aquellos que sean más fanáticos del fútbol europeo recordarán al Livorno como uno de los clásicos equipos que durante las décadas de 1980, 1990 y 2000, aparecían en la Serie A, peleaban la permanencia, y cuando no conseguía quedarse en la máxima categoría reaparecía poco tiempo después. Sin embargo, hace un tiempo, tras su última temporada en Primera en la 2013-2014, la situación económica del equipo se volvió apremiante, al punto de llegar a la quiebra y la desaparición.

Ahora, de sus cenizas, surge un club sustituto: la Unione Sportiva Livorno 1915, que viene a reemplazar al original Associazione Sportiva Livorno Calcio. Lo curioso, para los hinchas, es el nombre de quien estará como cabeza del proyecto para volver a hacer competitivo al club: Paolo Toccafondi. 

Más allá de la asociación del apellido con la situación del club, Toccafondi es un empresario asociado con el fútbol, que ya estuvo al frente de otras instituciones. Incluso, tiene aún pendiente un juicio por tráfico de jugadores menores de edad desde África hacia Europa, del que había salido absuelto en primera instancia, pero, posteriormente, el Tribunal Superior revocó la sentencia.

En Europa, y particularmente en Italia, se ha vuelto cada vez más frecuente que diversos clubes con tradición, como el Parma, el Palermo o el Bari lleguen al punto de tener que disolverse como institución y refundarse bajo un nuevo nombre para tratar de mantener la historia pero no cargar con el peso de los malos manejos económicos. De hecho, tras atravesar por una fase similar, el Parma consiguió retornar a la Serie A y es uno de los casos más paradigmáticos.