Cada minuto que pasa con Hugo Moyano y Héctor Maldonado al frente de Independiente, el club se despedaza más y más. Luego de los lamentables episodios de represión policial del viernes pasado, Daniel Montenegro, manager del club, y Claudio Graf, ex entrenador de la Reserva y actual entrenador interino del primer equipo, presentaron sus renuncias.

El motivo de la salida del DT es claro y sencillo: llegó de la mano del "Rolfi" con el objetivo de hacerse cargo de la Reserva del conjunto de Avellaneda y lo hizo por un tiempo, con resultados dispares pero juego aceptable. Luego, debió asumir un cargo que nunca quiso a modo de emergencia. A partir de que quien lo llevó al Rey de Copas anunció su renuncia, él también informó que no continuará, aunque intentan convencerlo de que dirija un partido más.

Lo de Montenegro es más complejo. Su tarea ha sido muy mala, pero también debe comprenderse el invivible contexto por el que atraviesa la institución. Asumió a fines del año pasado, en claro conocimiento de que la dirigencia lo quería utilizar como escudo protector para evitar reproches, cuando ya se veía venir que la intención era dilatar las elecciones.

El ex volante creativo decidió aceptar igual, incluso cuando había acercado propuestas anteriormente en reiteradas ocasiones y lo habían despachado luego de darle muchas vueltas al asunto, en una clara demostración de la nula intención de la comisión directiva de contar con él.

Independientemente de lo casi imposible que ha sido su labor, tomó decisiones que no le funcionaron al club. Fue quien acercó a Eduardo Domínguez, un entrenador de buenos pergaminos a quien no le salió prácticamente nada.

Pero, su mayor error estuvo en la conformación del plantel. La nefasta situación económica de Independiente no es su responsabilidad, por ende, no haber traído más refuerzos no le es reprochable. Sí falló en cuestiones como traer futbolistas en puestos donde había nombres y no intentar completar el plantel en otros sectores donde claramente había carencias.

Haberse querido congraciar con Domínguez le impidió tener una mirada a largo plazo. Muchos jugadores que el ex DT de Colón no quiso y separó del plantel, hoy le serían útiles al club. Además, el plantel está sobrecargado de volantes internos y no tiene casi jugadores por afuera, algo que es repetitivo en los equipos del "Barba", pero que es impensable para casi cualquier otro director técnico.

De todos modos, su renuncia no tiene que ver con la autopercepción de una gestión fallida, sino con el desgaste de la relación con una dirigencia que hace tiempo quiere sacárselo de encima. Una de las primeras decisiones del "Rolfi" fue no renovarle el contrato a Julio César Falcioni. Desde entonces la relación entre ambos se rompió y el "Emperador" aprovecha cada oportunidad que tiene de hablar en público para tirarle toneladas de tierra al ex manager del Rojo.

Desde hace una semana, "Yoyo" Maldonado y Sergio Palazzo, de los pocos dirigentes que le quedan al Diablo, comenzaron a contactarse con el DT recientemente despedido de Colón para volver a traerlo, en una clara movida para fastidiar a Montenegro. Además, durante este tiempo, el propio Maldonado ha intentado acercar jugadores al club que Montenegro nunca quiso, como, por ejemplo, Gastón Del Castillo, hermano de Sergio Agüero, que surgió de la institución de Avellaneda, nunca pudo afianzarse en Primera y acumuló pasos negativos por Arsenal y Newell's. 

Recientemente estuvo en San Miguel de la Primera B Metropolitana, donde casi no jugó, y ahora se encuentra en Talleres de Remedios de Escalada. Es decir, nadie en su sano juicio puede considerarlo un jugador a la altura de Independiente en este momento de su carrera.

Sin embargo, su intento contratación tendría que ver con acercarse a una de las listas que dice ser opositora pero tiene lazos estrechos con el oficialismo. Gente de Independiente, agrupación que encabeza Claudio Rudecindo, tiene como primer candidato a representante de socios a Leonel Del Castillo, padre de Gastón y del "Kun", que desde hace ratos revolotea por la política del club sin otro mérito que su laso sanguíneo con un jugador que se fue hace más de 15 años a vivir al exterior.

Todo lo que sucedió en los últimos tres años de la gestión Moyano ha sido desprolijo, extraño y poco claro. Este miércoles debería quedar clara la fecha de las elecciones, en las cuales Hugo Moyano evalúa no participar y hasta se baraja la chance de que no se presente nadie de su espacio. Aún así se les permite mandar en el día a día de un club que necesita un recambio inmediato.