El presidente de facto de Independiente, quien se mantiene en el poder siete meses después de vencido su mandato, celebró una Asamblea, pero excluyó a los socios y realizó la misma solamente con sus pocos partidarios. Luego huyó despavorido frente a la presión de los socios que quedaron fuera de la sede del club.

Ante la huida desesperada de Moyano, la gente se indignó y decidió entrar a la sede, pero debió enfrentar una feroz represión policial con balas de goma y gases lacrimógenos, lo que desató mas ira y múltiples enfrentamiento en las calles de Avellaneda.