La FIA informó la rauda salida de Shaila-Ann Rao, secretaria general interina de Deportes de la entidad que rige del deporte motor a nivel mundial. Con un profuso currículum en la gestión deportiva (y ominosamente cercana al mundo Mercedes para el gusto de los demás equipos grandes de la F1), había asumido en julio en lugar de Peter Bayer.

Hasta 2018, había dirigido el equipo jurídico de la escudería Mercedes y fue asesora de Toto Wolff. Y en este semestre cumplió un papel clave en la elaboración de la directiva técnica para erradicar el porpoising / bottoming / bouncing… el principal problema de Mercedes en la primera mitad del año. La decisión de subir la altura mínima de los suelos a partir de Spa perjudicó a todos, pero no a todos por igual: Red Bull, con el coche más armónico de la parrilla, se tornó inalcanzable para los demás, y Mercedes ha podido lidiar sin ‘rebotes’ con un auto muy ‘divo’ a la hora de la puesta a punto.

Por otra parte, Mohammed ben Sulayem, presidente de la FIA, anunció que (como hace 12 meses, tras el Masi Gate) reforzarán el equipo que acompaña a los directores de carrera, y no descartó sumar algún director a los dos actuales, Eduardo Freitas y Niels Wittich (que en 2022 convirtieron a Masi en José de San Martín; Freitas incluso fue obliterado de las carreras de F1 en la última parte de este año).

Los pilotos terminaron el año furiosos con la incoherencia en los criterios para aplicar sanciones durante el fin de semana. Sulayem ha revelado que se contactó con dirigentes de otros deportes para intercambiar ideas, procedimientos y tecnología, y atribuyó algunos errores inexplicables de Freitas y Wittich al estrés por el gran número de fechas acumuladas.