La F1 tiene idas y vueltas. McLaren y Honda están negociando de cara a un eventual acuerdo de motorización para 2026. Tras protagonizar la mejor asociación técnica del siglo XX, de la mano de Ron Dennis, Alain Prost y Ayrton Senna, y la peor del siglo XXI, en la apresuradísima e incauta vuelta de la casa japonesa durante la Era V6 Turbo Híbrida (en 2015-17), ayer nomás, es casi surrealista que (ya con otros dueños en McLaren, sin el volcánico Dennis y convertida en un holding empresarial que desborda al equipo que lo originó) estén conversando para reeditar la legendaria unión.

Honda anunció que se iba de la F1 y después ganó tres mundiales (dos de pilotos con Verstappen y el título 2023 de equipos) y en el medio anunció que no se iba, o que había vuelto, en una indefinición que incluyó una ambigua relación con Red Bull en las últimas temporadas. Finalmente, los austríacos arreglaron con Ford, y los japoneses quedaron libres para buscar otros rumbos; por lo pronto, están entre los seis candidatos a motoristas anotados para 2026.

Sin embargo, todo está muy verde e incluso habría escarceos de Honda con equipos como Aston Martin y Williams. Con McLaren tendría un equipo apto para encontrar muy rápido un rendimiento que los acerque a los primeros equipos. Pero con Williams podrían comprar el equipo y convertirlo en Williams-Honda (por contrato el equipo no puede perder el apellido del extinto sir Frank, su creador), con dominio completo sobre la orientación estratégica del combo. 

Además, Dorilton Capital, los inversores que actualmente poseen Williams, compraron para poner en valor el equipo y luego venderlo, de manera que la opción japonesa les cerraría de un modo que la ya prácticamente extinta propuesta de Porsche no podría. En este contexto, Mercedes manifestó que ya no le resulta beneficioso tener tantos clientes, y podría dejar caer uno. Allí entraría el otro equipo motorizado por los alemanes, Aston Martin, cuyo dueño Lawrence Stroll quiere convertir en equipo top.