El director técnico de Liberty Media, Ross Brawn, se congratuló de dejar atrás los coches de 2021, “probablemente los más rápidos, pero no los mejores coches de carrera de la historia. Creo que estos coches son demasiado críticos cuando están cerca unos de otros. Son demasiado críticos si tocan un bordillo porque una pieza sale volando y luego ya no funcionan. Así que son dispositivos increíbles, quiero decir que la complejidad de ellos es asombrosa”, matizó Brawn.

El experto explicó que las metodologías de “software reiterativo” permiten hacer comprobaciones hasta llegar al diseño ideal de un área específica de un coche en armonía con todas las demás, de modo que, cuando una pieza se desprende, todo el rendimiento del auto se resiente. En ese sentido, Brawn remarcó que buscan autos “más robustos, más simples, un poco menos críticos” en ese sentido.

Se espera que las turbulencias al perseguir un auto a otro se minimicen con la vuelta del efecto suelo y la minimización de la adherencia aerodinámica; a su vez, las gomas de 18 pulgadas darán mayor agarre ‘mecánico’ (en realidad, el que más downforce otorga) para estabilizar unos coches que se esperan más inestables en las curvas.

En este contexto, el talentosísimo James Key, nuevo jefe técnico de McLaren, espera que los equipos encuentren “trucos” el año próximo. Mientras que la serialización de la mayor cantidad posible (políticamente) de elementos del auto busca una paridad básica entre los equipos de F1 (al nivel de IndyCar), Key opina que lo restrictivo de las nuevas reglas técnicas “estimula la innovación”. Sabe lo que dice: fue el introductor del intenso uso del ‘efecto Coanda’ en el Sauber de principios de la década pasada (que puso a la escudería suiza al borde de la victoria en Malasia 2012), y urdió los rápidos Toro Rosso y Alpha Tauri de los últimos años.

Key cree que a partir de 2023 sí habrá una convergencia, “porque se identificarán las principales tendencias”. Mientras tanto, el nuevo Midas técnico de McLaren cree que “el uso turbio de piezas flexibles” puede ser una fuga a tanta restricción técnica, incluso aunque las inspecciones a los alerones se endurecieron tras el polémico final de 2021.