El porpoising, la maldición de los autos de 2022, merced al retorno del efecto suelo, volvió de la manera más salvaje a la parrilla de la F1, tras dos fechas relativamente tranquilas en ese sentido en Barcelona y Monte Carlo. En ese contexto, los más afectados por el marsopeo en la Práctica 1 fueron Ferrari y Mercedes. A los italianos no les afectó el rendimiento (estuvieron un paso atrás en la P1 y más o menos a nivel en ritmo de vuelta en la P2, en comparación con Red Bull), pero a Mercedes volvió a tirarlo al medio del segundo pelotón. El porpoising a este nivel no sólo perjudica el rendimiento y condiciona los puntos de frenada, sino que tiene un efecto físico agotador en los pilotos.