El mismísimo Helmut Marko, mano derecha y oídos de Dietrich Mateschitz en la F1, confirmó que el estadounidense Colton Herta tiene todo arreglado para ir a Alpha Tauri en lugar de Pierre Gasly de cara a 2023. Eso sí, para dejar ir al francés a Alpine, deben conseguir la Superlicencia para el piloto de IndyCar, algo que no reúne con sus actuaciones del último trienio (necesita al menos 40, tiene pocos más de 30).

La gente de Red Bull Racing intenta condicionar a la FIA para habilite la Superlicencia “por fuerza mayor” para Herta, pero jefes de equipo, como el de Alfa Romeo, Frederic Vasseur, niegan que haya tal ‘fuerza mayor’. Se trata de una excepción pensada para los tiempos de pandemia, en los que podían valer 30 puntos FIA en tres y hasta cuatro años, en razón de los campeonatos suspendidos, sobre todo, en 2020 en todo el planeta. Si la FIA no habilita la Superlicencia para Herta, Red Bull no liberará a Gasly, lo que cambiaría completamente los parámetros de la Silly Season en sus pocas butacas no definidas.

El piloto tiene la edad y el perfil para llegar a la F1 (menos de veintitrés años) como un nuevo estímulo para el mercado estadounidense. Es el mejor piloto estadounidense disponible de cara a la máxima… pero según el sistema determinado por la FIA desde hace más de un lustro para otorgar la Superlicencia, necesitaría al menos un tercer puesto y dos cuartos en un trienio consecutivo para alcanzar tal dignidad. Con un quinto, un tercero y un décimo, Herta aparece lejos de los 40 puntos necesarios este año (tendría 32 por 2019-21 y 29 si termina décimo este año en la IndyCar).

Así opina, por otra parte, Stefano Domenicali: "Tenemos que respetar las reglas. Y, por supuesto, los pilotos americanos (por estadounidenses) son muy importantes para nosotros. Si cumple con los requisitos necesarios para venir a la F1 obteniendo los puntos que hacen falta y demás, sería una noticia fantástica. Pero no creo que sea correcto cambiar algo a posteriori, creo que lo correcto es aplicar las reglas vigentes”, dijo en su estilo evanescente y lavado, en el que tampoco se privó de mostrarse abierto a “cambiar las reglas para el futuro, pero no para el pasado”.