La marca alemana quiere poseer la mayoría accionaria de la escudería austríaca, pero Horner y Marko se oponen a perder independencia y se resisten a los deseos de Dietrich Mateschitz. Los jefes de la escudería austríaca pretenden defender la inversión de Red Bull Technologies, que se ocupa de los motores fabricados por Honda actualmente, en donde ya trabajan trescientas personas.

¿Cuál es el problema de fondo? Si Porsche no hace el pedido de ingreso al 15 de septiembre de este año, ya no podrá entrar a la F1 en 2026, y deberá esperar hasta la temporada siguiente.

Para Red Bull, ya con un monocilindro experimental en marcha en su planta de Powertrains, no sería un problema desarrollar todo el motor ellos, asegura Horner. Para Porsche significa una complicación adicional, pues la firma planea cotizar en bolsa, lo que agrega al menos cinco días de deliberaciones antes de aprobar cualquier medida.

Conociendo el paño, estos tironeos internos entre Mateschitz (el patrón) y Horner / Marko (los capataces) suenan a 'policía bueno / policía malo' para sacar mayor tajada en las negociaciones jugando con los nervios de la contraparte. El tiempo lo dirá, y pronto.