Una de las ciudades europeas que tiene lazos indestructibles con nuestro país es Nápoles, en el sur de Italia. Esa tierra que vio brillar a Diego Maradona y que hoy le rinde su homenaje a D10S en cada rincón de la ciudad, también vibró al ritmo de la Scaloneta durante la Copa del Mundo a pesar de los 11.200 km que nos separan. 

Alguien que reside allí es Roberto “Pampa” Sosa exfutbolista de Gimnasia, Boca, Udinese y Nápoli, entre otros equipos, quien en el medio de los festejos tras la obtención de la tercera Copa Mundial para Argentina, atendió a Radio Continental y analizó lo que significó para el napolitano la conquista albiceleste: “El domingo, bien temprano, salimos a comprar los regalos de Navidad, y en una plaza importante en el centro de Nápoles ya había un grupo de 1200 hinchas argentinos cantando las canciones de la Selección y las de Diego. Desde que arrancó el Mundial, el napolitano por lo que significó Maradona para ellos, hinchó siempre por Argentina. Post partido, volví a esa plaza para celebrar y disfrutar con toda esa gente”. 

La Final fue verdaderamente apasionante y también supo tener su alto grado de dramatismo y crueldad. De tener el título en las manos, pasamos a sentir que la Selección se quedaba sin nada. Pero en los penales, Dibu Martínez y la puntería estuvieron de nuestro lado: “Fue un partido emocionante, en el que parecía que los planetas se unían y Diego desde el cielo nos ayudaba aún más porque Argentina dominó el juego cerca de 80 minutos, inclusive hasta el 2 a 1. Di María jugó de manera extraordinaria, Julián Álvarez, De Paul y el mismo Messi corriendo para todos lados. Cuti Romero y Otamendi son Messi, pero marcadores centrales. Enzo Fernandez va a durar poco en Benfica. Lo de Mac Allister fue extraordinario también. Es difícil dejar alguno afuera. Venía todo perfecto, pero esto es fútbol y en frente había una Francia que no parecía estar jugando una final del Mundo y que tiene al futuro de este deporte, que es Mbappé. En un abrir y cerrar de ojos nos encontramos con la misma angustia que en el partido ante Países Bajos. Luego con el gol de Messi, parecía que se repetía el resultado de la Final del 86, pero llegó el penal de Montiel. Luego en la definición desde los 12 pasos, nosotros lo tenemos a Emiliano Martínez. Nos da siempre mucha tranquilidad en los penales, en esta oportunidad atajándole a Coman, pero adivinó también la intención en el que malogra Tchouameni. Dentro de los nuestros: Messi, Paredes, Montiel, Dybala, patearon bárbaro y fue todo delirio”. 

Roberto Sosa hoy es entrenador. Viene de una última experiencia en Emiratos Árabes, y en este rol es palabra autorizada para hablar del trabajo de Lionel Scaloni. “Lo conocí de cerca cuando era jugador de Atalanta en sus últimos años de carrera. Hablamos mucho durante esa época, e incluso cambiamos una camiseta después de un Udinese ante Lazio. Me identifico mucho con su manera de conducción, al margen de la parte táctica, creo que la manera en la que se relaciona con los futbolistas desde el punto de vista emocional es muy importante. Es humilde, es claro y directo. Eso hace que jugadores de elite como Messi, Di María, Paredes, como Dibu o Lautaro se sientan identificados con él. Yo creo que el fútbol tiene que ir necesariamente para ese lado, de trabajar ordenadamente los conceptos técnicos y tácticos, pero sin dejar de lado al factor emocional. Es fundamental ponerse del lado de aquella persona que tenés en frente", aseguró.

Durante muchos años escuchamos que a Messi le faltaba ganar un Mundial para poder alcanzar la obra de Diego. Ya lo ganó, ¿y ahora?, ¿sirve la comparación entre ambos?, ¿hay uno mejor que el otro?: “Nunca me interesó la compararlos. Tengo 47 años y disfruté mucho al Maradona jugador y hoy hago lo mismo con Messi. Tal vez el del domingo haya sido el último partido de Messi en Mundiales, ojalá llegue a jugar la Copa América de 2024. Este Mundial que los argentinos vamos a recordar por siempre, además marca el adiós de grandes de este juego como Cristiano Ronaldo, Modric, Giroud, Zlatan Ibrahimovic, Suarez, Cavani, entonces me pregunto: ¿Por qué comparar a 2 jugadores y que encima son argentinos? Es como elegir entre mamá o papá. Yo a Diego lo disfruté, incluso usé -irresponsablemente, je!- su camiseta 10 de Nápoli. Nos abrazamos en el vestuario del San Paolo e incluso en Estancia Chica cuando era entrenador de Gimnasia me firmó una camiseta. A Messi no lo conozco, me encantaría poder abrazarlo como lo quisieran hacer los 45 millones de argentinos, pero los disfruté a los dos, a cada uno en su momento. No los comparen más. Son nuestros y nos hicieron felices”.