“Lo que más me gustó fue cómo estaba escrito el guión, porque es profundo e interesante y a eso sumarle la posibilidad de poder volver a trabajar con Valentina Berger y también con Dalia Elnecavé que, como directora es increíble porque he visto otros trabajos de ella y eso me dio mucha seguridad. Ella además es coach de actores y se perciben su sensibilidad y su exigencia para sacar lo mejor del actor”, revela con absoluta generosidad Sabrina Garciarena en el inicio de la charla con Alejandra Canosa.

En un hueco de una agenda cargada de actividades repartidas entre su rol de mujer, mamá y actriz y agrega: “Me sedujo la intensidad de los textos, la posibilidad de la búsqueda del desafío actoral. Es una obra de la que salís renovado, fortalecido, con preguntas, con abrazos y eso es lo que me gusta del teatro porque es muy revolucionario. Apenas vean la obra entenderán de lo que hablo porque es un libro diferente, particular y con otra metodología a la hora de actuar. No hay personajes puntuales, hay situaciones”.

"A veces uno no habla de cosas que siente, por miedo a ser estigmatizado"

Hace pocas semanas se sumó “Pequeños Grandes Momentos” a la nutrida cartelera porteña. Protagonizada por Garciarena, Tomás Fonzi, Michel Noher y Malena Sánchez, es un espectáculo muy atractivo, con actuaciones y dinámica pareja. Se trata de una propuesta teatral que fue aclamada en Broadway (Estados Unidos) y en México y se puede ver por primera vez en el Multiteatro de calle Corrientes sólo lunes y martes, con producción de Valentina Berger y Moris Gilbert. Nia Vardalos, conocida por su personaje en “Mi Gran Casamiento Griego”, adaptó el texto a una obra de teatro que, dirigida por Thomás Kail (director de Hamilton), fue un rotundo éxito en The Public Theatre a partir de su estreno en 2017.

Sabrina estaba esperando que llegara un proyecto así y se le dio. Los actores se predisponen a vivir una experiencia grupal a partir de preguntas que todos nos hicimos alguna vez y que muchas veces preferimos hacer oídos sordos a las respuestas que duelen.

"A veces uno no habla de cosas que siente, por miedo a ser estigmatizado"

-La obra aborda temas como la pérdida de una madre, el miedo a la separación, la búsqueda de la sexualidad, de la verdad, y lo más doloroso: la muerte de un hijo.

-Sí, es una obra muy profunda que aborda todos esos temas de los que muchos no se animan a hablar, cosas que pasan a diario y, aunque uno quiera mirar para otro lado, sabe que el hecho de ponerlo en palabras, expresarlo, aún bajo un seudónimo, como en este caso, creo que sana mucho al que escucha y al que lo dice. Aunque no te haya pasado, seguramente te va a impactar. De todos los temas que se argumentan en la obra, alguno te resuena y estamos recibiendo mensajes muy lindos del público porque genera mucha empatía, del mismo modo que sucede con los colegas y directores de teatro que nos felicitaron por lo que vieron.

-¿Cómo te impactan estos temas en tu vida personal?

-Quizás el impacto puede darse en situaciones en las que uno quisiera modificar algunas cuestiones, de expresarlas, de querer sanar. Yo siempre hice terapia y por lo general hablo bastante respecto de lo que me pasa. Con el paso del tiempo, se suman las responsabilidades y aparecen un montón de miedos nuevos que hay que afrontar. Me pasa puntualmente que me siento muy identificada con el libro porque a veces uno no habla de cosas que siente, por miedo a ser estigmatizado.

-¿Cuáles son tus pequeños grandes momentos con los hijos que tenés con Germán Paoloski, tu pareja?

-Tengo muchos pequeños grandes momentos, como llevarlos al colegio a la mañana, desayunar juntos, preguntarles cómo están, cómo les fue. Hoy les conseguí después de recorrer varios lugares, el álbum de la Copa América y estaban felices. El primer paquete de figuritas que abrieron… upsss, les tocó Messi, así que estaban re contentos. Nos abrazamos todos los días y aún cuando llego tarde del teatro los beso, aunque estén dormidos. Compartimos un fin de semana durmiendo la siesta o yendo al cine. Ellos saben que tanto Germán como yo estamos para escucharlos y también saben cuándo algo se puede y cuándo no. Tengo un millón de pequeños grandes momentos en mi vida que sin duda terminaron siendo grandes, simbólicos e inolvidables.

-En simultáneo seguís protagonizando “Madres” con Viviana Puerta, Andrea Lovera y Manu Perín, una comedia que logra un montón de matices y se nota que se divierten muchísimo ¿Cuántas temporadas van?

-Llevamos cuatro temporadas, estuvimos en Mar del Plata, en calle Corrientes, en gira, es una obra que nos encanta hacer y se viene la despedida definitiva. La vamos extrañar porque lo pasamos muy bien haciéndola y el público agradece. Es una obra de identificación pura, que tiene mucho humor y habla realmente de lo que significa la maternidad, rescata lo bueno de ser mamá y el colapso, por eso el público se ríe y se emociona a la vez. La obra sigue por Mendoza, San Juan, Santa Fe, San Isidro, La Plata… hasta el mes de junio estaremos dando vueltas y por suerte con proyectos audiovisuales para más adelante.

-¿Cómo sos como mamá?

-Soy una mamá muy presente, muy dulce, de acompañar, pero al mismo tiempo controladora en el buen sentido, que no les falte nada. A veces soltarlos un poquito como en el caso de León, el mayor, que ya tiene 10 años y escucharlo a ver qué cosas le gustan, decidir un poco que quiere. En casa todo es hablado, ni es todo lo que dicen ellos ni todo lo que decimos nosotros.

-¿Qué situaciones te desbordan?

-Uy, que a veces estoy muy cansada y quizás en esos momentos me encuentro con situaciones más difíciles, sacar de donde se puede energía porque a veces la carga mental para las madres es tremenda. Cuando sos mamá y además trabajás se complica, querés estar en todo y no siempre podés. Entonces, les explico que a veces los adultos estamos cansados o desbordados y lo entienden.

-¿Sos mamá culposa?

-Trato de ocuparme de todo y cuando trabajo se me alinean los planetas. Por otro lado, contamos con mucha ayuda; si no, sería muy complicado todo y no podría ir ni a la esquina.

-¿Quién les pone más límites a los chicos?

-León tiene 10 recién cumplidos, Beltrán va a cumplir 7 en mayo y Mía tiene 3 y va para 4. Creo que yo soy la que pongo más límites y Germán es el que más juega con ellos, apenas llega de su trabajo lo da todo con los chicos. Yo considero que son muy necesarios los límites en los chicos.

"A veces uno no habla de cosas que siente, por miedo a ser estigmatizado"

-Sos una mujer bella naturalmente. ¿Cómo te cuidás? ¿En qué momento tenés un tiempo para vos?

-Me despierto muy temprano por el horario del colegio de los chicos, van doble jornada y cuando los dejo, trato de ir a hacer gimnasia al menos una hora por día, después me doy una ducha y arranco con la agenda a full. Hasta hace poco era con los ensayos de la obra y yo vivo en zona de Tigre así que tengo que hacer varios viajes a capital. Los chicos tienen actividades diferentes así que trato de ocuparme de eso también. Trato de meter en la agenda cosas para mí antes de las 16, porque después, la prioridad son ellos.

-¿Cuánto tiempo hace que estás en pareja con Germán? ¿Qué te sigue enamorando de él?

-Hace quince años que estamos en pareja y el amor que sentimos tiene que ver con la construcción del día a día, fuimos creciendo juntos profesionalmente y personalmente, armando nuestra familia de cero. Tenemos proyectos, nos admiramos y nos amamos, eso es fundamental. Con Germán tenemos nuestros espacios, desde un desayuno, una pequeña charla de tres minutos, una cena, ahora nos vamos a ir de viaje tres días juntos.

-¿Qué significan las amigas para vos?

-Son la familia elegida, tengo pocas, pero muy buenas; ese es mi vínculo con ellas.

-¿Con quién harías una pausa para conversar sin tiempo?

-Admiro a mucha gente en el mundo, pero creo mucho en lo genuino y en lo que se va dando. De chica tuve buenas conversaciones con Lito Cruz, con Raúl Lavié, me fui cruzando con muchos buenos actores, a muchos los conozco, pero no tuve la posibilidad de trabajar. No necesariamente haría una pausa para conversar con alguien que esté consagrado, me pasa hoy en la obra que estoy descubriendo a Malena Sánchez, una de las actrices, que es una divina; me reencuentro con Tomás Fonzi y con Michel Noher, con quienes he trabajado antes y está buenísimo porque hemos evolucionado todos. A veces, admirás a alguien y quizá cuando lo conocés no te cae tan bien.