Todavía asombra el temple de Lewis Hamilton tras la ‘exótica’ gestión de carrera de Michael Masi en el final del Gran Premio de Abu Dhabi. El inglés declaró con hidalguía esa noche, luego apareció en los festejos del Mundial de Constructores, en una ceremonia para efectivizar su condición de ‘sir’, y nada más: se muteó en todas las redes sociales (de las que fue el más ardiente, y polémico, impulsor desde los desdeñosos tiempos de Ecclestone) mientras crecían rumores de que podía abandonar la F1 si no lo llegaban a conformar las conclusiones de la FIA sobre la actuación de Masi en el final de 2021. Mercedes salió rápidamente a desmentir una posible retirada del séptuple, pero el pertinaz silencio de Lewis alimenta el morbo del Gran Circo.