Japón y Croacia protagonizaron un partido muy parejo y cambiante, que cualquiera de los dos pudo llevarse tranquilamente. Finalmente, por obra y gracia de los penales y de Dominik Livakovic, el duelo fue para el subcampeón del mundo. Igualaron 1 a 1 en el partido, con goles de Daezin Maeda e Iván Perisic, pero en la tanda decisiva los balcánicos se impusieron 3 a 1.

El equipo que dirige Zlatko Dalic arrancó, como en varios partidos de este Mundial, con la idea de ir a fondo en los primeros instantes para marcar diferencia. Tal como en los encuentros anteriores generó buenas chances e igual que en el pasado no las pudo concretar.

Con el correr de los minutos, los nipones se acomodaron en el juego e hicieron méritos suficientes como para ponerse en ventaja. Lo consiguieron recién sobre el final del primer tiempo, a la salida de un córner. Movieron la pelota para desacomodar a la defensa y la pelota cayó en el área. Takehiro Tomiyasu la desvió hacia atrás y Maeda remató de frente para el 1 a 0.

En el inicio del segundo tiempo, sin haber hecho tanto, el subcampeón mundial lo empató. Ya con todo el equipo volcado al ataque, Dejan Lovren, marcador central, metió un centro al segundo palo. Perisic saltó a cabecear casi desde el borde del área, pero le dio tanta potencia y tan buena dirección al remate que consiguió convertir.

Desde entonces, de la mano del autor del gol, el conjunto croata jugó bastante mejor e hizo méritos para darlo vuelta. Tuvo un par de acciones claras con remates de afuera, entre los que se destacó un bombazo de Luka Modric que atajó de manera magistral Shuichi Gonda.

Como no se sacaron ventaja, por primera vez en todo el Mundial un partido fue a tiempo suplementario. El seleccionado europeo, que, contando Rusia 2018, ha jugado alargue en cuatro de sus últimos duelos mano a mano, no tuvo resto. Si bien no sucedió demasiado, las pocas acciones claras fueron para los asiáticos.

En la tanda de penales, Livakovic se lució por completo. Le atajó sus dos primeros remates, algo débiles, a Takumi Minanimo y a Kaoru Mitoma. Marko Livaja pateó de manera exageradamente displicente, estrelló su disparo en el palo y le dio suspenso al asunto. 

Pero Livakovic demostró que lo suyo no era casualidad: le tapó otro tiro, en este caso a Maya Yoshida, y le dio el triunfo a su equipo. Croacia otra vez protagoniza una Copa del Mundo. Ahora espera por en cuartos de final al ganador de Brasil y Corea del Sur.