Los fríos números indican que la Selección de Uruguay todavía no ganó ni convirtió goles en lo que va del Mundial y que si no triunfa en la última fecha se quedará afuera, a pesar de no haber jugado un partido del todo malo. Portugal le ganó 2 a 0 con dos tantos de Bruno Fernandes y dejó al equipo sudamericano con la soga al cuello.

El conjunto que dirige Fernando Santos fue muy levemente superior durante la primera media hora de juego. Manejó un poco más y un poco mejor la pelota gracias a la enorme tarea de Brunos Fernandes y en algún momento consiguió comprimir al rival contra su área, aunque no generó situaciones muy claras de gol.

En los 15 restantes, el seleccionado charrúa mejoró bastante y tuvo la acción más concreta de la primera parte. Rodrigo Bentancur, uno de los mejores de la cancha, condujo un buen contraataque. Ante la falta de compañía, se animó a gambetear, cambió la pelota de pie a pie, se sacó dos rivales de encima y encaró al arquero. Definió muy al medio y tapó Diogo Costa, aunque la pelota estuvo muy cerca de colársele entre las piernas.

En el complemento, los lusos volvieron a arrancar un poco mejor. Recuperaron un poco más arriba la pelota y buscaron con paciencia. Finalmente, a los nueve minutos, tras una jugada colectiva con muchos pases, Bruno Fernandes se perfiló hacia el arco y le tiró un centro a Cristiano Ronaldo. El delantero no llegó a cabecear pero su mera presencia en la zona confundió a Sergio Rochet, a quien la pelota se le metió.

Con esa diferencia y la necesidad de la Celeste, todo estaba dado para que de contraataque el equipo portugués pueda sacar una diferencia notoria, pero no sucedió. Diego Alonso movió el banco y todos los que ingresaron aportaron algo distinto: Luis Suárez, Maximiliano Gómez y, fundamentalmente, Georgian De Arrascaeta, cuya suplencia no se termina de comprender.

El 10 del Flamengo cambió el partido. Con dinámica y asociaciones con Bentancur y Federico Valverde puso a su equipo a jugar más cerca del arco rival que nunca y con varias chances para empatar el partido. Gómez estrelló un remate en el palo tras una excelente jugada colectiva y el propio De Arrascaeta falló un mano a mano por exceso de sutileza en la definición.

En medio del asedio oriental, Bruno Fernandes, que hizo todo casi a la perfección, condujo un intento solitario de su equipo. Se metió en el área y trató de tirarle un caño que no iba a prosperar a José María Giménez. El defensor se tiró y la pelota, que lo pasó, le pegó en el brazo que apoyó en el piso. 

El árbitro en principio no sancionó nada, pero el VAR lo invitó a rever su decisión. En una muestra absoluta de falta de concepto, el iraní Alireza Faghan sancionó el penal más absurdo de un Mundial que ha tenido varios fallos incomprensibles. Bruno Fernandes ejecutó y convirtió el segundo. Ese tanto derribó totalmente el ánimo uruguayo y hasta pudo haber un tercero del propio mediocampista del Manchester United que intentó un disparó que dio en el poste.

Portugal selló su clasificación y se encamina a ganar el Grupo H. Uruguay todavía tiene una chance más y no es para nada descabellada. Simplemente debe ganarle a Ghana y que Corea del Sur no venza al seleccionado portugués. Si Corea gana, debe imponerse por dos goles más que el equipo asiático.