El equipo Haas de F1 confirmó que en 2023 Nico Hülkenberg reemplazará a Mick Schumacher como compañero de equipo. Así, los estadounidenses le dan vuelta completamente a la página abierta en 2021: echar a dos pilotos experimentados (y quizá 'forfai') como Grosjean y Magnussen y contratar a dos chicos sin un talento descollante pero con gran apoyo económico; es la receta para el fracaso de tantos equipos de fondo de parrilla, porque ni desarrollás bien el auto (Haas nunca invirtió seriamente en I&D, es cierto) ni aprovechás las oportunidades que dan las carreras con pilotos chambones o con tendencia a chocar.

La contratación de Hülkenbeg (de la misma edad que Vettel, que se está retirando este fin de semana de la F1) muestra un fracaso claro de la Pirámide FIA, y particularmente de la F2, como plataforma hacia la máxima. No obstante, no es meramente una cuestión de falta de nombres (fue una infamia que en 2022 Oscar Piastri no haya tenido butaca: el piloto australiano con mayor potencial desde Alan Jones); la categoría sigue siendo costosa, con un parrilla despareja (más que la F3) y con pilotos mediocres que se eternizan en el campeonato, ocupando el lugar de pilotos más talentosos pero con bolsillos más flacos: la financiación de los equipos también está endémicamente mal manejada desde siempre, y los equipos no reciben un solo cobre como retorno por derechos de imagen (cifrados en más de 60 millones de euros de utilidades netas para Liberty Media). Pero, también debe concederse, las camadas de pilotos post Norris / Russell no vienen con la pujanza del período 2015-18, cuando debutó toda la 'Quinta de Max', que ahora predomina en los equipos Top de la F1.

Volviendo al alemán: Hülkenberg fue exonerado de Renault en 2019, y desde entonces ha tenido alguna carrera esporádica que le permitió mostrar su velocidad natural, sin exhibir excesivamente su falta de agresividad conductiva en carrera.

Ahora se muestra "Muy contento de tener un asiento a tiempo completo con Haas para 2023. Siento que nunca me fui de la Fórmula 1 y estoy emocionado por tener la oportunidad de volver a hacer lo que más me gusta en la vida. ¡Gracias a Gene y a Guenther por su confianza!", escribió Nico en sus redes sociales.

Como te contábamos ayer en Continental Web, el clavo ardiendo del que se sostiene Mick Schumacher para seguir en 2023 en la F1 pasa por la F2: este fin de semana se define (¡tras nueve semanas de pausa!) la categoría de plata de la FIA, y el estadounidense Logan Sargeant debe terminar entre los primeros siete para asegurarse la Superlicencia y activar el contrato con Williams. Si no lo logra (hay una legión de pilotos en poquísimos puntos dentro del Top Ten), el alemán tendría una chance de correr junto a Albon en 2023.

El balance sobre la estadía de Mick en la F1 tiene mucho de lo que anticipábamos cuando debutó en Haas: un piloto sin la velocidad natural de los grandes, pero metódico y con progresos módicos pero cruciales que le permitieron siempre dar un gran salto en la segunda parte de la segunda temporada de participación en un campeonato determinado. A principios de año te comentábamos que este era el año crucial para Mick, pues, si no daba el salto, era muy probable que se quedase sin butaca. Y, si bien hubo un progreso de un año a otro, la comparación con Magnussen es lastimosa.

En síntesis, como se pensaba, a Mick la F1 le queda demasiado grande; va a ser un muy buen piloto de cualquier otro campeonato, si se lo propone. El WEC, con sus flamantes hypercars lleno de grandes marcas, podría ser un campeonato positivo para Baby Schumi, y él también le aportaría al Mundial de Resistencia. Ya se conocerán sus próximos pasos.